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| Algo que se ha tergiversado o que es insostenible en la disposición a la simpatía del hombre terreno | 1809. ¿Cuál es este fenómeno que puede despertar tanta antipatía o directamente persecución y odio? De hecho, todo el problema sólo es, en realidad, una cuestión de amor. Es una cuestión sobre cuanta simpatía contiene uno y cuanta deja que se manifieste. A pesar de que toda la evolución del bienestar en la vida de la humanidad es, precisamente, un problema de simpatía o amor, dado que todas las desgracias, guerras, desdichas y sufrimientos, miseria, hambre y pobreza del hombre terreno se deben exclusivamente a falta de simpatía o amor al prójimo, dentro de la misma humanidad tiene, sin embargo, lugar, como se ha dicho, una onda inmensamente grande de antipatía, odio y persecución contra cualquier simpatía o amor que pasa por fuera del tradicional amor de apareamiento y a la descendencia. Por lo tanto, es muy limitado lo que se quiere o puede tolerar de simpatía entre dos seres del mismo sexo, mientras se aceptan hasta la desmesura simpatías entre seres de sexo contrario, incluso en el caso en que esta simpatía se manifieste como seducción, divorcio, vergüenza y deshonra. Todos estos excesos sexuales ilegales, este disfrute sexual frecuentemente degradado a una mercancía, comprado por personas que previamente habían prometido solemnemente fidelidad y responsabilidad en un matrimonio en el que estos excesos dan lugar a inmensos sufrimientos y tormentos y destruyen el hogar, la protección y la educación de los hijos de este matrimonio no son un objeto tan grande y sensacional para las habladurías, como que dos seres del mismo sexo se hayan mirado de una manera demasiado calurosa o se hayan dado un apretón de manos demasiado largo, según la manera de ver de quienes dan lugar a las habladurías, aunque esto no haya ocasionado la menor molestia ni desdicha a ningún ser en absoluto. Este último fenómeno es, por consiguiente, un objeto mucho más provechoso para las habladurías que el primero. Y es necesaria una evolución muy avanzada para no dejarse tentar por el deseo de divulgar una cosa tan sensacional, aún cuando se sea mucho más dañino para la sociedad o para el prójimo que los seres que en la determinada situación se difama. Los presentes análisis no se han mostrado aquí como una crítica del disfrute ilegal de la sexualidad ni tampoco como una crítica del que siembra difamación y de sus partidarios, sino que sólo han sido, al contrario, creados para mostrar la vida como lo que es en realidad y no como, debido a viejas tradiciones o conceptos morales heredados del pasado y ahora anticuados, la gente se cree o se imagina que tiene que ser. Que hay algo que se ha tergiversado y es totalmente insostenible, algo inacabado en la disposición para la simpatía de la humanidad terrena tendría que ser ahora un hecho para cada investigador verdaderamente intelectual y honesto. Si estas disposiciones fueran perfectas no habría ni guerra ni indigencia ni miseria. El odio y la persecución sólo existirían en el reino animal. |
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