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El fuego supremo como la más alta fuente de calor mental o cósmico de la vida | 1800. Cuando, de este modo, es un hecho que la psique de la humanidad terrena va camino de una primavera cósmica, es decir, hacia estados mentales menos duros, donde la brutalidad y la falta de consideración, la injusticia, la persecución y la opresión son regiones de hielo que se están deshelando, tiene que haber algo que ocasione este calor mental. Es imposible que haya eclosión de primavera, primavera y verano sin calor, del mismo modo que es imposible que exista el verdadero invierno o se cree su dominio sin nieve, heladas y frío. ¿Qué es, entonces, esta fuente de calor de verano mental o cósmico que, de este modo, puede decrecer y crecer y, con ello, dar lugar, de modo correspondiente, a la aparición y desaparición alternativa del invierno y el verano? De hecho, ya sabemos que esta fuente de calor existe como «el fuego supremo», y que este fuego es el principio sexual que existe en el ser vivo. Sabemos que únicamente este principio es la base de la disposición a la simpatía de este ser. Es este fuego el que, de esta manera, determina la simpatía y antipatía de los seres y, con ello, crea el verano e invierno mental y las transiciones climáticas mentales entre estos dos extremos, a saber, la primavera y el otoño del ciclo de la espiral. Como es este fuego el que, de este modo, determina las estaciones psíquicas del año, invierno y primavera, verano y otoño, en realidad es el mismo fuego el que estimula toda percepción, creación o manifestación y experimentación. Aquí nos encontramos junto a la fuente de la vida misma. Lo único que está por encima de esta fuente es su origen eterno, a saber, el algo o «X1» eternamente existente. |
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