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(1591-1938) 
 
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Es una condición de vida que el ser pueda experimentar placer y desagrado o bienestar y malestar  1791. Cualquier sensación de la vida, cualquier forma de experiencia está, de este modo, más o menos «coloreada» o teñida de oscuridad o luz, de placer o desagrado, de antipatía o simpatía y, por consiguiente, de odio y amor. Sin esta estructura y esta «coloración» del objeto de percepción sería imposible toda experimentación de la vida. Como la experiencia de placer y desagrado más perfecta es lo mismo que la sensación más perfecta y más imperfecta de bienestar respectivamente, la sensación de placer es el objeto que atrae al yo o individuo, mientras la sensación de desagrado es el objeto que repele a este mismo yo. El fuego supremo crea, por lo tanto, estas dos corrientes de energía que, a su vez, son la condición para toda creación, y los consiguientes pensamiento y voluntad que son la función más importante de la experimentación de la vida. Toda la vida cotidiana del ser vivo consiste exclusivamente en la experiencia de la atracción y la repulsión. De todas las cosas que ve a su alrededor, ya se trate de los detalles de la naturaleza o de los seres que lo rodean, se sentirá atraído hacia algunas y repelido por otras. Si no fuera así, ¿qué pondría, entonces, en marcha el pensamiento y la voluntad y la consiguiente manifestación, creación o experimentación de la vida y seguiría manteniéndolos en marcha? Por lo tanto, es una condición de vida que el ser pueda sentirse tanto atraído como repelido por detalles de su entorno. Pero para que el ser pueda, precisamente, sentir esta atracción y esta repulsión, tiene que poder sentir placer y desagrado, tiene que poder sentir bienestar y malestar, que son los dos puntos culminantes por medio de los cuales puede tener lugar toda experimentación de la vida. Y esta sensación la tiene el ser en un grado excesivo. Donde el individuo no tiene ninguna sensación, ya sea en las diversas partes de su organismo o en los fenómenos de su psique, allí no es normal o vigoroso. Allí es un ser no consciente. Falta de sensación es lo mismo que falta de percepción y la consiguiente falta de experimentación. Y donde el individuo no puede experimentar en el dominio que, en realidad, de acuerdo con su estadio evolutivo tendría que poder dominar desde el punto de vista de sus sentidos, este individuo es un ser anormal, enfermo o temporalmente muerto. Lo que se impone e impide que la función ordinaria de la vida o experiencia de percepción tenga lugar en su campo es una lesión o daño externo. Por consiguiente, es absolutamente vital que el individuo o ser vivo tenga la facultad de poder experimentar placer o malestar para estar, de este modo, en condiciones de percibir el hecho de experimentar la vida como un bienestar, es más, para poder en resumidas cuentas experimentar la vida o estar vivo.


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