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(1591-1938) 
 
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No hay nada en la naturaleza que muestre que el acto de fecundación entre un ser de sexo masculino y de sexo femenino sea en sí mismo pecaminoso o impuro  1719. Si se quiere llegar al fondo de este misterio, aquí, al igual que en todas partes donde se trata de ir directamente a la verdad absoluta, uno tiene que evolucionar, de modo que oiga el lenguaje directo de la naturaleza. Y de la revelación que este lenguaje le regala no se desprende en absoluto que el acto de fecundación entre el sexo masculino y el sexo femenino sea algo «pecaminoso», «impuro» o «diabólico». Cuando la naturaleza les ha dado a los hombres ojos para ver y pies para moverse y manos para asir, sólo puede ser «pecaminoso» no usar estos regalos de la naturaleza al servicio de la naturaleza. ¿Puede ser «pecaminoso» ver, andar, usar sus manos cuando es a favor de la vida o de la naturaleza? Tiene que ser evidente que la naturaleza no ha dado estos regalos para que no se usen y, de este modo, se socave la naturaleza o la vida. Cuando la naturaleza le ha dado al individuo la facultad de ver, sólo es porque así tiene más posibilidades de mantener la vida. Cuando la naturaleza le ha dado al mismo individuo la facultad de oír, de percibir, de andar, sólo puede ser para a través de ello poder mantener más fácilmente el contacto con la vida. ¿Y no creen que sea lo mismo con las manos? ¿No creen que le hayan sido dadas al individuo por la naturaleza para que por medio de ellas pueda conservar y proteger la naturaleza? ¿Y no es lógico percibir todos los demás órganos, que conjuntamente forman el cuerpo físico del ser vivo, como destinados a estar a favor de la vida? ¿No son el corazón, los pulmones, el hígado y las glándulas, etc. regalos de la naturaleza, por medio de los cuales el individuo puede experimentar, estimular y mantener la naturaleza o la vida? ¿No hay enfermedad, dolor, sufrimiento y destrucción por todas partes donde estos regalos de la naturaleza no se usan a favor de la vida? ¿No muere un brazo o una mano que se ata al cuerpo y nunca jamás puede moverse o usarse? ¿No sucede lo mismo con un pie? ¿Y no se tiene la experiencia de que sucede exactamente lo mismo con la vista? Si se encierra a los seres en grutas oscuras, donde no hay ninguna luz en absoluto, poco a poco se volverán ciegos. No se puede ignorar el hecho de que cada uno de los órganos que la naturaleza nos ha regalado muere, si no se usa al servicio de la vida. No muere sólo cuando no se usa, sino que también muere cuando se usa contra la naturaleza o la vida. Si usamos los regalos de la naturaleza, por ejemplo, nuestro propio organismo, y todo lo que forma parte de él, para sabotear la vida, nos saboteamos a nosotros mismos. Si asesinamos y matamos o impedimos que la vida se desarrolle, lo que llevamos a nuestro propio destino es, ante todo, desdicha y muerte. Esto es lo que la misma naturaleza nos dice, independientemente de libros santos, profetas y sabios, independientemente de religiosidad, asistencia a la iglesia y otras formas de sectarismo y culto.


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