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| De qué forma la comprensión falsa del acontecimiento del paraíso es el fundamento de la adoración del dominio de la guerra como «campo de honor» | 1713. Pero tomar partido por una verdad y favorecerla a costa de otra verdad es lo mismo que ser injusto. Uno pinta sus teorías favoritas con hermoso color de rosa, mientras que, al contrario, todo aquello y todos aquellos que a uno no le gustan se pintan con colores negros y oscuros. Y, de este modo, el acontecimiento divino, eternamente cósmico, que se denomina «creación de Eva» ha sido transmitido a la posteridad por hombres que lo han pintado negro y desagradable y lo han convertido en una acción diabólica, muy lejos de la determinación y voluntad de la Divinidad. Y esta parcialidad es el día de hoy el fundamento de la predicación religiosa cristiana de iglesia. Aquí todavía se predica muerte, castigo e ira divina sobre todos los pecadores que no se arrepientan de corazón y pidan «gracia» y «perdón de los pecados» mediante «la sangre de Jesús». Y esto da de nuevo lugar a una clasificación de los hombres, a una división en los favorecidos y los despreciados, que se designan como «los salvados» y «los condenados» respectivamente. Mientras «los salvados» terminan en la mansión de Dios en medio de regocijo y alegría, «los condenados» terminan en el fuego del infierno, donde hay eternamente dolor, llanto y crujir de dientes. Pero este favorecer a algunos seres y rechazar a otros, esta clasificación de su prójimo, ¿no es en sí mismo impía? Esta impiedad, esta actitud llena de odio o intolerante hacia ciertos principios de la vida y la sobreestimación y adoración de otros de estos mismos principios es lo que, a pesar de que todos estos principios son igual de divinos y expresión de la voluntad divina, ha convertido a los estados cristianos en los pueblos guerreros más geniales y ejecutores del principio mortífero, animal. Han convertido en muy alto grado a su modelo, la Divinidad, en un terrible ser guerrero que lleno de ira castiga y venga todo lo que no está a su favor. Un concepto del universo basado en una imagen así de Dios tenía, inevitablemente, que hacer que todos sus seguidores copiasen este modo de ser que según su modo de ver era divino. ¿No es, precisamente, esta actitud religiosa el fundamento del concepto militar que todo lo domina y que se llama «campo de honor»? ¿No es una degradación no querer morir en el campo de honor? ¿Qué es «el campo de honor»? ¿No es lo mismo que la guerra contra los adversarios, la guerra contra seres que piensan de manera distinta? «El campo de honor» es, por consiguiente, el campo donde se ofrece la vida para aniquilar y destruir a sus semejantes. En «el campo de honor» no está vigente cumplir el ideal o mandato cristiano de que «si alguno te hiere en la mejilla derecha, preséntale también la otra». Al contrario, quien quiera hacer esto corre el riesgo de que se le castigue como «traidor». |
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