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Lo que se oculta bajo los conceptos «Adán» y «Eva»  1710. El concepto «Adán» cubre del modo descrito la existencia preterrena de los seres vivos físicos, es decir, su existencia en el paraíso o reino de la bienaventuranza que, a su vez, es «la zona de otoño» del ciclo de espiral. El concepto «Eva» cubre, al contrario, el principio que rige la existencia terrena o física de todos los seres vivos en «la zona de invierno» del ciclo de espiral, que culmina en el reino animal. En un sentido estrictamente cósmico, «Eva» no es un concepto especial para «la mujer». Expresa en el mismo grado al «hombre». «Eva» es, en realidad, el concepto absolutamente cósmico para «el hombre» y «la mujer», del mismo modo que «Adán» es el concepto absolutamente cósmico para el ser vivo antes de que se convirtiera en un ser especial «de sexo masculino» o «de sexo femenino». «Adán» no es, por consiguiente, ningún concepto especial para el ser que llamamos «hombre». «Adán» es el ser vivo de «la zona de la vida» del ciclo de espiral, mientras «Eva» es el ser vivo de «la zona de la muerte» del mismo ciclo. «Adán» es el amor y «Eva» (el hombre y la mujer) es el odio. «Adán» es la perfección, mientras «Eva» es la imperfección. «Adán» es la alegría y la luz, mientras «Eva» es el dolor y la oscuridad. «Adán» es el paraíso o reino de los cielos, mientras «Eva» es el cataclismo o infierno. «Adán» es el cumplimiento de las leyes de la vida, mientras «Eva» es la transgresión de las leyes de la vida. Como vemos, «Adán» y «Eva» tienen una naturaleza tan sumamente distinta que un matrimonio entre dos seres así (un ser sobrenatural, espiritual o celestial y un ser terreno físico) es algo totalmente imposible.


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