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(1591-1938) 
 
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Lo que sucede cuando las materias vegetales y animales se congelan  1701. La aparición de una materia como «viva» o como «muerta» sólo es, por lo tanto, cuestión de que el «espíritu» fluya a través de ella. Donde este fluir se detiene en mayor o menor grado, la materia se convierte de modo correspondiente en «sin conciencia» o «sin vida». Un cese así del fluir del espíritu en la materia es el que, entre otros métodos, también tiene lugar por medio de la congelación de materias vegetales y animales, de modo que se puedan mantener frescas durante más tiempo. ¿Qué es lo que, en realidad, sucede en un caso así? Sucede que la materia vegetal y animal es transformada en materia mineral artificial. Congelando la materia, ésta es forzada a una forma fija en la que toda función de conciencia espiritual consciente se hace imposible. Y al espíritu de los microseres vivos encarnados en la materia vegetal y animal se le fuerza a salir de la materia física. Desde la zona espiritual, estos microseres tienen ahora que buscar encarnación en otra materia en la que su pensamiento, voluntad o espíritu pueda desplegarse. La materia física abandonada, formada por los cadáveres vegetales y animales, es forzada a un mínimo de movimiento o vibración, de tan escasa capacidad que los cadáveres pueden conservarse, aparentemente inalterados, durante cientos de años. Carne fresca que es congelada o encerrada en hielo puede mantenerse fresca durante cierto tiempo. Pero esta frescura no significa que, al ser descongelada, la carne sea impregnada por la conciencia o el espíritu de los microseres que originariamente estaban en la carne antes de la congelación, porque este espíritu o esta vida hace tiempo que se habrá encarnado en otra carne fresca y allí habrá continuado su ciclo de espiral. Que la carne congelada parezca fresca y sin cambios tras la descongelación se debe exclusivamente a que el espíritu de nuevos microseres se ha encarnado y ha vivificado la carne en el mismo grado que las condiciones lo permiten, que en este caso quiere decir en el mismo grado en que la carne se descongela. Con la congelación se había creado la misma aparente quietud milenaria que domina en todas las formaciones de piedras y rocas y otros yacimientos de materia mineral. Esta falta de espíritu o exclusión de vida vegetal y animal en la materia hace, por consiguiente, que la misma materia permanezca inalterada durante miles, durante millones de años o durante todo el tiempo en que es inmune a la encarnación de espíritu, conciencia o vida. Sólo surge movimiento, cambio y creación donde la vida se puede encarnar. Donde no hay espíritu y éste no se puede encarnar en la materia, allí es el dominio de la falta de vida, es decir, de la falta de conciencia. Allí la vida sólo es un sueño. Este estado de sueño o abandono de espíritu es lo que observamos en la materia mineral.


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