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(1591-1938) 
 
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El ser vivo y el estado de «ser de medio sexo»  1679. Pero todo este esplendor, tanto terreno como sobrenatural, sería imposible sin «el fuego supremo». Y este «fuego» carecería de valor si no se desencadenase como un ciclo, del mismo modo que este ciclo sería, a su vez, imposible si no existiera como un producto de una formación alternante de medio sexo y sexo completo. Como todos los hombres terrenos, conjuntamente con, por así decirlo, todos los demás seres de la Tierra, se encuentran en el estado de «seres de medio sexo», este estado del sexo domina naturalmente la conciencia de los seres terrenos. La conciencia o esfera de vida de los seres terrenos representa, de este modo, un estadio del ciclo cósmico que se podría denominar «esfera del medio sexo». Debido a la estructura de su cuerpo, los seres son por el momento, como ya hemos dicho, «seres de medio sexo». Esta estructura orgánica determina su modo de ver la vida, su moral, sus usos y costumbres. Debido a su constelación polar sexual en el ser vivo, esta estructura de medio sexo supone, como el lector ya sabe, una reducción de la experimentación de la vida. Lleva la originaria facultad cósmica de experimentar del ser a un estado latente, de modo que el ser no está en condiciones de conservar su conocimiento y percepción de su propio estado inmortal y eternamente cósmico ni del consiguiente conocimiento sobre la verdadera estructura del universo y de la Divinidad. Pero una reducción gradual y organizada de la experimentación de la vida o de la conciencia así es, claro está, lo mismo que estar «muriendo». Por consiguiente, «el estado de medio sexo» estimula «la muerte». Ser un «ser de medio sexo» es lo mismo que la experimentación de «morir la muerte» o el efecto del «disfrute del árbol de la ciencia» anunciado en la Biblia. ¿No les dijo Dios a los seres originarios del «Paraíso Terrenal» que tenían que «morir la muerte» porque habían disfrutado del «árbol de la ciencia»? Pero, ¿creen que lo que tenían que sufrir era un castigo? ¿Creen que fue una venganza por parte de la Providencia? ¿Creen que la Divinidad, que ama con amor universal y lo penetra todo, se había excitado, estaba en un estado de desequilibrio análogo al de un hombre encolerizado cuando lanza maldiciones e imprecaciones a su prójimo o deja, de modos más drásticos, que su entorno sea víctima de su ira? No se puede negar que en las religiones mundiales en general se concibe la esfera oscura de los seres de este modo. Se es demasiado parcial con respecto a la luz para poder juzgar la oscuridad de una manera justa, fría y mesurada. Por lo tanto, no se comprende que la oscuridad es un eslabón igual de necesario en el proceso creador que la luz, y que la experimentación de la vida sería totalmente imposible si la oscuridad no existiera. No se comprende, por lo tanto, que la narración bíblica del paraíso contiene un relato oculto sobre el hecho de que la Divinidad inicia o bendice a los seres del paraíso para una futura experiencia del mundo físico o zona de invierno del ciclo cósmico de espiral. Esta bendición ha sido posteriormente interpretada como «caída del primer hombre» con la consiguiente «maldición» y «castigo» por parte de un Dios enojado o encolerizado. Pero, ¿no es precisamente la iniciación para «el estado de medio sexo» lo que se nos cuenta en la narración sobre la creación por parte de Dios de «Eva» o de «la mujer»? ¿Qué clase de operación sufre «Adán»? Perdió una «costilla», de la que surgió «la mujer». Con «la mujer» vino «la caída», «la expulsión del paraíso», «la maldición de la Tierra» y los partos dolorosos y, en resumidas cuentas, todas las formas de sufrimiento entraron en la existencia. Por consiguiente, con esta operación en el paraíso se abrió el camino a la oscuridad, la falta de conciencia cósmica y la consiguiente «esfera de muerte» o «infierno».


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