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(1591-1938) 
 
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Surgen los órganos sexuales  1669. Esta experiencia de la luz, que hace el ser, o esta sensación del mundo sobrenatural, que tiene, es tan parca, en relación con el propio paraíso, que sólo puede compararse con un pequeño rayo de luz, que se escapa de una sala de fiestas profusamente iluminada a través de una pequeña grieta o abertura en una puerta. Tan lejos del reino de los cielos, del paraíso o de la experimentación perfecta, total de la vida está el ser de medio sexo en su culminación. Vive en el aposento oscuro fuera del paraíso o radiante sala de fiestas de la verdadera vida. Y sólo tiene acceso a la luz a través de la pequeña grieta de la puerta de esta sala. En realidad, está excluido de la sala de fiestas de la vida o culminación de la experimentación de la vida en sí. Pero a través de ser «una carne» con un ser de medio sexo de género contrario tiene, así, acceso al parco rayo de luz de la grieta de la puerta de la sala de fiestas. No es extraño que en la oscuridad se aferre a este pequeño rayo de luz. Es el único detalle o contraste verdadero a la oscuridad y la única luz en virtud de la cual los otros parcos detalles del aposento oscuro pueden verse. Todos los detalles de este aposento oscuro, es decir, el mundo físico de los seres de medio sexo en su culminación sólo tiene el tinte y las características que el pequeño rayo de luz le da. Como esta luz de la grieta de la puerta es el acto de apareamiento, o el convertirse en «una carne» con un ser de medio sexo del género contrario, el mundo del ser de medio sexo en su estadio culminante sólo es, por consiguiente, un mundo de apareamiento. Todo en este mundo gira exclusivamente alrededor de la propagación de la especie, del matrimonio o apareamiento. Todos los pensamientos, los instintos o las percepciones vagas tratan de manera absoluta de llegar al rayo, de importancia vital, de la grieta de la puerta. Si no se puede llegar a él, se está totalmente en la oscuridad. Lo que, por consiguiente, se desarrolló primero en el ser en su caminar en dirección descendente hacia la oscuridad, lejos del paraíso, fueron unos órganos que pudieran reaccionar frente a la luz del paraíso y transferir el sentimiento de bienestar sobrenatural a una experiencia en el cuerpo físico. Y con la constante atracción de la luz en la oscuridad del paraíso, se fueron gradualmente formando los órganos que hoy se denominan «órganos de reproducción» u «órganos sexuales». Estos órganos son, así pues, los primeros órganos de experimentación, a través de los cuales la luz del paraíso podía experimentarse en la zona física.


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