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(1591-1938) 
 
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Cómo la búsqueda por el individuo de la experimentación de su propia existencia eterna se convirtió en «instinto de conservación»  1655. Aquí es necesario que recordemos que aunque el ser vivo sea una realidad eterna, esto no significaría nada si simultáneamente no pudiera convertir su existencia eterna en experiencia. Pero para convertir su existencia eterna en experiencia, dicha experiencia tiene que ser creada o producida. Pero una producción sólo puede tener lugar por medio de un deseo y la satisfacción del deseo, o por medio del hambre y la saciedad. Y ya sabemos cómo toda la estructura del ser vivo se basa, precisamente, en hambre y saciedad. Esta hambre y esta saciedad son originadas por el deseo primario del ser eterno que tiene su origen en «X2» o supraconciencia, y se propaga descendiendo a través de la subconciencia del individuo que, a su vez, está formada por la conciencia diurna y la nocturna. Como el deseo primario del ser hace que el ser vivo desee experimentar su existencia eterna, este deseo se propaga desde la supraconciencia descendiendo a través de la subconciencia del individuo, y en su conciencia diurna se convierte en un deseo de dar lugar a todos los fenómenos que son un contrario a la vida eterna. Pero para que una creación así pueda ser verdaderamente efectiva, dicho deseo primario tiene que convertirse en un deseo, cuyo cumplimiento es una condición de vida. Y de este modo, la búsqueda por el individuo de su propia existencia eterna se convierte en primer término en «instinto de conservación».


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