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(1591-1938) 
 
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El estado de sexo masculino y de sexo femenino del hombre terreno se está transformando en un «nuevo sexo»  1651. Por consiguiente, el estado sexual de los seres no es permanente. Como cada uno de los dos polos se encuentra en un eterno ritmo o movimiento, es decir, en la transformación de un estado latente a un estado culminante y de nuevo a un estado latente, los seres no pueden seguir siendo «seres de sexo masculino» y «seres de sexo femenino». Para que el individuo sea un «ser de sexo masculino» al cien por cien, el polo masculino del ser tiene que culminar, y el polo femenino tiene que estar en estado latente, mientras lo contrario es una condición para que pueda ser al cien por cien un «ser de sexo femenino». Estas dos constelaciones de los polos del ser de sexo masculino y de sexo femenino no son permanentes, sino que cambian, de modo que el polo culminante poco a poco se estanca, pierde algo de su fuerza, mientras el polo contrario, tras su despliegue mínimo, toma fuerza, de modo que los dos polos del ser finalmente tienen igual capacidad. En este estado el individuo se ha convertido ahora en un ser, cuyo polo contrario percibe, experimenta y ejerce su voluntad en el mismo grado que el polo ordinario. Como en la estructura de ambos sexos tiene lugar la misma evolución, de modo que en cada ser los dos polos llegan a tener igual capacidad, «el estado de sexo masculino» y «sexo femenino» cesa. Un ser en el que los dos polos sexuales tienen la misma capacidad no es ni «hombre» ni «mujer». Y ante nosotros tenemos a un nuevo tipo de ser. En virtud de su estructura sexual, el hombre y la mujer terrenos van de camino a un estado de experimentación totalmente distinto al que ahora representan. Pero como tras esta evolución los polos sexuales de ambos seres se muestran con capacidad igual, estos seres forman un «sexo nuevo» totalmente. Que este «sexo nuevo» tenga sus leyes y condiciones de vida especiales, del mismo modo que «el sexo masculino» y «el sexo femenino» tiene las suyas, es algo natural. Nada en la estructura cósmica de la vida es caos ni casualidad. Todos los fenómenos de esta estructura tienen una capacidad propia de prestación. Pero esta capacidad sólo puede ser un resultado del cumplimiento de determinadas condiciones.


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