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| Porqué la experimentación eterna de la vida está condicionada por una «existencia de malestar» y una «existencia de bienestar» | 1649. Pero para que este sentimiento de placer o estado de bienestar pudiera ser posible, tenía que crearse un deseo de este placer o este estado, con cuya satisfacción el bienestar tenía que ser una vivencia. Pero para que el deseo pudiera ser posible, el ser tenía que ser puesto en un estado de malestar, de desarmonía o entre detalles de tal clase que son un contrario del bienestar. ¿Cómo tendría si no que surgir el deseo o la facultad de sentir bienestar? De este modo, la experimentación de la vida está condicionada por una «existencia de malestar» y una «existencia de bienestar», una «existencia de oscuridad mental» y una «existencia de luz mental». Para poder conservar una experimentación permanente o eterna de la vida, una forma de vida y una bienaventuranza con luz y armonía, el ser eternamente vivo tiene, por consiguiente, que someterse a una forma de experimentación de la vida propia de la muerte y de la oscuridad, de la desarmonía y del sufrimiento. Tiene que experimentar la desdicha para poder reconocer la felicidad. Este principio es el mismo que condiciona toda la relatividad o el que algo creado sólo puede experimentarse o percibirse en relación con otra cosa creada. Por consiguiente, la experimentación de la vida tiene que estar necesariamente formada por todos los contrastes o tonos entre los polos extremos de la luz y la oscuridad, del placer y el malestar. |
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