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(1591-1938) 
 
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Todas las formas de manifestación tienen su origen en el polo masculino y femenino del yo  1646. Por medio de estos dos polos, el deseo primario del yo se convierte en facultad creadora, es decir, en la facultad de percibir placer y malestar. Y esta facultad es la estructura más íntima de toda percepción y creación. Toda la experimentación de la vida consiste únicamente en variaciones en la experimentación de placer y malestar. La estructura de todo el universo, con todos sus movimientos, formas de energía o clases de materia existe exclusivamente para crear reacciones en la estructura de percepción más íntima del yo, del mismo modo que estos movimientos y formas de energía no pueden existir si en su análisis más íntimo no pueden así mismo conducir de regreso al principio «masculino» y «femenino» de los seres vivos. Esto está en vigor tanto para la caída de la mota de polvo como para la ruta de las metrópolis de soles y de los planetas por el espacio. Esto está en vigor tanto para las funciones de una máquina de fuerza motriz como para el pulso del ser vivo. Absolutamente todos los movimientos, todas las creaciones de sustancias y todos los estados climáticos, todo lo que en resumidas cuentas puede experimentarse o percibirse tiene su origen en los polos «masculino» y «femenino» de seres vivos y es estimulado por ellos.


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