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(1591-1938) 
 
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El conocimiento, todavía no desarrollado, que los hombres tienen del «fuego supremo» y sus consecuencias  1634. Pero toda la comprensión de la luz y la oscuridad está en el conocimiento del «ciclo de espiral» nombrado muchas veces aquí, en «Livets Bog». El mantenimiento de este ciclo es estimulado a través del principio «el fuego supremo». Dicho fuego es, a su vez, lo mismo que el principio del hambre y la saciedad, siendo «la sexualidad» la culminación de su desencadenamiento. «Sexualidad» es, por su parte, lo mismo que cada forma de sensación de bienestar o placer que es, a su vez, lo mismo que cada forma de sensación de saciedad, de cada forma de bienestar. Que los hombres, en la vida cotidiana, sólo conciban el coito o el acto de fecundación en sí como sexualidad revela, simplemente, su estado todavía durmiente o muerto cósmicamente o su gran ignorancia con respecto a su propio yo o psique cósmica.
      «El fuego supremo» es la causa de todas las formas en absoluto existentes de hambre y saciedad y culmina como deseo o hambre de oscuridad y saciedad de la oscuridad y como hambre de la luz suprema y saciedad de esta luz. Estos dos deseos y su saciedad abarcan la multitud de formas de deseo y saciedad del universo, tal como el hambre y la saciedad común de alimentos, el deseo de riqueza, posición y poder y así mismo el deseo de respetar, honrar amar y servir a su prójimo o todo lo vivo y la satisfacción de estos deseos. De este inmenso principio del hambre y la saciedad, de este océano de deseo y satisfacción el hombre terreno, como ya hemos dicho, sólo percibe el deseo sexual y su satisfacción como «sexualidad». Y aquí se hace evidente que, de acuerdo con esto, el hombre es un ser inacabado. Como este hombre tiene que dirigir toda la creación del destino de su vida con su voluntad, y esta voluntad sólo puede desembocar en felicidad absoluta estando en contacto con las leyes del universo o «voluntad de Dios» (lógica del universo), y es desdichado si no sucede esto, no es extraño que el hombre terreno, con su falta de conciencia cósmica por lo que respecta al verdaderamente inmenso océano de sexualidad fuera del estado especial de ser de sexo masculino y ser de sexo femenino, no pueda dirigir su voluntad en contacto con las leyes de la vida. Es imposible que dirija su voluntad según un conocimiento que no tiene.


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