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(1591-1938) 
 
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El ser materialista en las situaciones del «hijo pródigo» y de «la muerte»  1618. Como tales situaciones surgen precisamente con mucha frecuencia, el materialista no puede nunca estar totalmente seguro con su conocimiento y capacidad y la posible consiguiente posición social alcanzada. Y con esta inseguridad, relacionada con la circunstancia de que el puro conocimiento y la pura capacidad material es imposible que pueda construir una verdadera cultura mundial con seguridad y bienestar inconmovibles para los hombres, es un hecho consumado que dicho conocimiento y dicha capacidad no son el resultado definitivo. Se ha visto que en su culminación han llevado simultáneamente a la culminación del principio mortífero. Guerras y guerras mundiales, producción a millones de máquinas de guerra cada vez más geniales, del hacha de piedra primitiva a la bomba atómica del siglo XX, se han convertido en el objeto de mayor interés y que todo lo eclipsa, precisamente porque así se pensaba que se creaba seguridad o la denominada «paz duradera». Pero el resultado ha sido y seguirá siendo que la humanidad, mutilada y torturada por su propio conocimiento y capacidad física, como una muchedumbre de inválidos hambrientos y pasando frío, deshechos psíquica y físicamente, descubra el fracaso o insuficiencia de su conocimiento y capacidad física, materialista en la verdadera protección de la perfecta experimentación de la vida o manifestación del ser en la zona de existencia material. Y aquí estamos en la situación, que en «la Biblia» se describe como «la parábola del hijo pródigo» y como «la muerte», que tenía que ser la consecuencia del «disfrute del árbol de la ciencia» y «la exclusión del árbol de la vida». «El disfrute del árbol de la ciencia» es, como ya hemos demostrado desde hace tiempo por análisis anteriores de «Lives Bog», lo mismo que toda la evolución material que los seres vivos han experimentado de mineral a planta, de planta a animal y de animal a hombre terreno. Así mismo, también conocemos por los mismos análisis que el hombre terreno es un ser en el que las naturalezas animales se han convertido en «un mal», que les confiere a los seres un destino desdichado y crea en ellos un deseo muy fuerte de una existencia mejor, en la que humanitarismo y amor son factores de primer orden.


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