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| El concepto de Dios o imagen de Dios creados por los hombres terrenos caen debido a la ciencia y capacidad materialista | 1616. Y con la caída en desuso de esta imagen del universo, el hombre ha culminado en la creación del concepto de Dios a su propia imagen. Con esta imagen de Dios en forma de la figura de un hombre, la formación de la imagen de Dios o concepto del universo pasa a una época totalmente nueva. La vieja manera de crear la imagen de Dios según la propia imagen del ser agoniza. Esta muerte es estimulada por la creciente duda de los hombres con respecto a lo que se ha heredado del pasado, con respecto al concepto de Dios o concepción del universo modelados a imagen del hombre imperfecto. Y esta duda es, a su vez, estimulada por la creciente inteligencia del hombre, por las experiencias que se ha adjudicado en el campo de la investigación de la naturaleza. Comienza a descubrir que la naturaleza es una totalidad coherente, es una gran unidad que no es, de ninguna manera, dirigida por un ser sentado en un trono con una forma humana por encima de lo normal. Pero por el momento sólo puede contemplar a esta unidad en los resultados de la investigación puramente material. Estos resultados le dan al hombre un conocimiento material extremadamente grande. Pero este conocimiento no es un conocimiento de la totalidad, sino simplemente un conocimiento local que, en este caso, quiere decir un conocimiento sobre los fenómenos puramente físicos de la estructura del universo. Dicho conocimiento no contiene, por consiguiente, ningún saber verdadero sobre el lado psíquico o espiritual de este universo. Este lado psíquico o espiritual sigue, por lo tanto, siendo un misterio allí donde directamente no se niega su existencia. Como, de este modo, el hombre con su creciente inteligencia ha sido preparado para investigar, y esta investigación sólo ha podido tratar de fenómenos materiales, de las cosas puramente temporales o perecederas, por el momento el resultado de esta investigación sólo consiste en resultados de pesos y medidas físicos. Este conocimiento o ciencia es, por lo tanto, puramente materialista al cien por cien. Por ello, en esta ciencia de la temporalidad, que se basa en resultados de pesos y medidas, no se puede constatar ningún ser vivo «eterno» que pueda pensarse que, directamente, pueda estar con su voluntad o conciencia tras la estructura del universo con todos sus fenómenos físicos sometidos a un «principio» y un «fin», que el investigador encuentra por todas partes y en todo. Algo que no es físico, que no es temporal sólo puede ser aceptado por este investigador, que sólo está interesado por la materia y sólo ve materia, como fanatismo, ingenuidad y superstición y, por consiguiente, en sumo grado como «no científico». |
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