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(1591-1938) 
 
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Lo que significa «morir la muerte»  1608. La primera gran etapa de la misión del «fuego supremo» o transformación del ser vivo es, por consiguiente, «la involución». Pero «involución» es lo mismo que creación de lo contrario a la libertad que, claro está, es lo mismo que «encarcelamiento». Y este encarcelamiento tiene lugar gradualmente. Primero el ser vivo eterno que está por encima del espacio y del tiempo tiene que ser encarcelado en «materia», ser encarcelado corporal o físicamente. Después tiene que ser encarcelado «anímica» o «espiritualmente», es decir, mentalmente o con respecto a su conciencia. Con la culminación de este encarcelamiento se perfeccionan los efectos de la experiencia del ser del disfrute del «árbol de la ciencia» o del «morir la muerte». «Morir la muerte» es, a su vez, lo mismo que ser víctima con total libertad de acción de la ignorancia más grande o culminante sobre las leyes de la vida, sobre sí mismo, su propia naturaleza cósmica o inmortal como hijo de Dios y como señor del espacio y del tiempo. Pero, ¿de qué sirve tener libertad total de acción, cuando sólo se tiene una ignorancia total para poner tras la voluntad que va a sacar provecho de la libertad de acción? La existencia del ser, ¿no tiene que convertirse, de acuerdo con esto, en la culminación de una vida en el misterio, una vida con una relación errónea con las leyes de la vida y así ser una vida con efectos catastróficos, una vida con acontecimientos o estados horrorosos que no puede comprender?
      Como la vida absolutamente perfecta está condicionada por la observación o cumplimiento total de estas leyes, una vida basada en la ignorancia de estas leyes tiene que ser, de manera igual de absoluta, una vida totalmente imperfecta, una vida que tiene que convertirse en un estado igual de desdichado y lleno de sufrimiento como la otra tiene que ser un estado de bienaventuranza, un paraíso de felicidad y perfección.


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