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(1591-1938) 
 
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Los seres de sexo masculino han sido creados para ser enemigos mortales  1593. El ser «masculino» no puede llegar durmiendo a su felicidad, sino que tiene que luchar con estos seres y estas cosas para poder proteger de alguna manera el sentimiento de felicidad o alegría normal de existir de su propia vida. Pero como vive junto con una multitud de seres para quienes la conquista del ser «femenino» es asimismo una condición vital, es decir, junto con seres de su propio sexo, los seres de este sexo se convierten en desagradables rivales en la competición por el ser «femenino». El ser «masculino» tiene, por consiguiente, que mantener a estos rivales desagradables alejados de su propia conquista del sexo «femenino», dado que si no lo pierde junto con el goce de la vida o alegría de vivir normales mantenidos por medio de esta conquista. Pero de este modo, los seres al cien por cien «masculinos», por lo que se refiere a su estructura orgánica u orientación sexual, han sido creados por la naturaleza para ser «enemigos mortales». La vida requiere de estos seres que «cada cual piense en sí mismo». Y la ley de la existencia es aquí «el derecho del más fuerte», bien sea en astucia, en pura fuerza física o superioridad corporal. Para estos seres la vida es guerra y más guerra. En la esfera de su conciencia sólo existe la satisfacción sexual y la guerra o lucha que esta satisfacción cuesta.


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