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(1591-1938) 
 
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La vida eterna
Capítulo 14
El fuego supremo
Porqué el hombre terreno concibe «el estado de sexo masculino» y «el estado de sexo femenino» como la única expresión normal de sexualidad  1591. En la parte del ciclo de espiral que denominamos «reino animal», el ser vivo aparece como «ser masculino» o como «ser femenino». Como el hombre terreno común pertenece a esta zona del ciclo de espiral, esta forma de presentarse será, claro está, la que aquí domine. Y por consiguiente, aquí vemos aparecer al ser como «hombre» o «mujer». Mientras un ser todavía sólo pueda percibir en la zona física, y, debido a ello, todas las esferas, zonas o formas de existencia que se encuentran fuera de ella todavía sean fantasía para él, sólo podrá concebir su estado sexual como el normal en todas las formas de vida y en todos los reinos de existencia del universo, aunque bien es verdad que hay formas de plantas y de insectos que son auto fecundantes y, con ello, revelan una sexualidad o un estado sexual que difiere de la de los otros seres de la Tierra. Por lo tanto, la mayor parte de hombres terrenos todavía vive con la creencia o superstición de que la particular forma sexual de «ser masculino» y «ser femenino» es absolutamente la única forma de existencia normal y perfecta que, en resumidas cuentas, existe. De hecho, no puede comprender que sea posible cualquier otra forma de vida o que esta forma pueda, de alguna manera, proporcionar alegría y deseos de vivir. Y es, naturalmente, comprensible que una manera así de concebir la vida sea la que domine en una esfera o zona en la que toda la facultad de percepción física del individuo se basa en una estructura corporal o un organismo animal, construido exclusivamente como un instrumento para crear alegría de vivir por medio del «estado de sexo masculino» y de «sexo femenino». Es evidente que un ser sólo puede percibir o sentir la vida por medio de sus particulares órganos de percepción que crean, conjuntamente, la combinación que denominamos «el organismo» o «el cuerpo». ¿No vemos que para un perro u otro animal de cuatro patas no es normal andar erguido sobre dos patas, mientras esto es bastante normal para un hombre? El pez, ¿no tiene que nadar en el agua porque su organismo y, con ello, su facultad de experimentar se basa orgánicamente en esto? ¿Y no es, así mismo, debido a la estructura de su organismo que los pájaros tienen que moverse en el aire? Pero cuando un ser vivo tiene un organismo que, en realidad, se basa en las funciones del «principio masculino», este ser tiene, claro está, así mismo que sentir o experimentar y actuar «masculinamente», del mismo modo que un ser tiene que experimentar y actuar «femeninamente» si su organismo sólo se basa en las funciones del «principio femenino». Es debido a esto, que es algo natural que en todos estos seres «masculinos» y «femeninos» surja un modo común de comprender la sexualidad que sólo reconoce como sexualmente normales a «los seres de sexo masculino» al cien por cien y, de modo correspondiente, a «los seres de sexo femenino» al cien por cien. Y este modo de ver las cosas también es, naturalmente, el más correcto en la esfera de la conciencia de estos seres. Y mientras el hombre sea «masculino» al cien por cien, y la mujer sea «femenina» al cien por cien en su actitud mental, estos dos seres son «hombre» y «mujer» en su forma más pura respectivamente. Pero tales seres es imposible que puedan percibir formas de vida o estados de vida que se basan en un estado o una estructura sexual totalmente distinta.


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