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(1053-1590) 
 
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Por medio de su transformación polar sexual, "Adán" y "Eva" se liberan de "la maldición" bíblica "del pecado". Se han convertido en seres del mismo sexo  1560. Por medio de la evolución el polo masculino de "la mujer" crecerá, así pues, de modo que tenga la misma capacidad que su polo femenino. Ya no seguirá siendo "mujer", del mismo modo que tampoco será un "hombre". Será un ser totalmente nuevo. La vieja "maldición del pecado" de tener que "dar a luz a sus hijos con dolor" no puede afectar al nuevo ser, dado que, como hemos dicho, no es "mujer". Y como por su parte tampoco es un "hombre", la maldición "comerás el pan con el sudor de tu frente" tampoco afecta a este ser. Del mismo modo que la mujer transformada se ha liberado, de este modo, de "la maldición" bíblica "del pecado", el hombre transformado también se ha liberado, naturalmente, de dicha "maldición". Como su polo femenino ha crecido, de modo que tiene la misma capacidad que su polo masculino, tampoco es "hombre" ni "mujer". También se ha convertido, así pues, en un ser totalmente nuevo. Pero estos dos seres, "el hombre" transformado y "la mujer" transformada, con la evolución de sus polos sexuales, que llegan a tener la misma capacidad en cada uno de ellos, se han convertido en seres de la misma clase. Los seres, antes tan ricos en contrastes, "él" y "ella", se han igualado, de modo que ya no forman dos sexos. Para estos seres ya no hay ningún "sexo contrario". Todos forman parte del mismo sexo. El objeto de su amor sólo puede, por consiguiente, ser su "propio sexo nuevo".


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