Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
Véase el símbolo nº 12 en nueva ventana    

 

El principio mortífero o la zona de culminación del "infierno" en relación con el símbolo  1546. Y como "Adán" y "Eva" carecían, de este modo, totalmente de conocimiento sobre la oscuridad, esta masa de energía alrededor del yo, que actuaba automáticamente, era idéntica al "barro" del que Dios iba a crear al "hombre a su imagen". A este proceso creador lo conocemos aquí, en "Livets Bog", como ciclo de espiral. Este ciclo tiene, por consiguiente, una zona en la que los ignorantes "Adán" y "Eva" desde su estado celestial son "envueltos" en la materia terrena o física al "comer del árbol de la ciencia del bien y del mal", que, a su vez, es lo mismo que experimentar o vivir lo que verdaderamente es "bueno" y lo que verdaderamente es "malo". Esta zona se convirtió en la sede del principio mortífero, en "el reino animal" o "infierno" que, por su parte, es lo mismo que esa "muerte", que, como ya hemos dicho, tenía que ser la consecuencia del "comer del árbol de la ciencia". Este "principio de muerte" o "infierno" está indicado en forma de la zona oscura de la parte superior del símbolo. Así mismo vemos en el símbolo que este principio oscuro o "zona de muerte" está en su punto máximo en el segundo peldaño del ciclo (el de color naranja). Hay, sin embargo, que llamar la atención sobre el hecho de que aunque la oscuridad, como se muestra en el símbolo, se prolongue a lo largo de todos los otros reinos del ciclo, no obstante sólo se presenta como desgracias y sufrimientos o como el verdadero "infierno" en su parte culminante o "reino animal". Fuera de la zona culminante, la oscuridad sólo existe como conocimiento consciente con conciencia diurna sobre la oscuridad o como el saber concreto que, en forma de alto intelectualismo, lleva la voluntad del ser a estar de manera exclusiva en contacto con el total cumplimiento u observación de la ley del amor, no de una manera instintiva o automática, sino en un estado de conciencia diurna despierta. Esto no es valedero para la zona del "reino vegetal" (color rojo), que, claro está, es en realidad el "paraíso" bíblico, donde los seres viven en la luz pero comienzan a ser "expulsados" del paraíso y comienzan a "envolverse" en las materias del principio mortífero como "plantas carnívoras", comienzan a "pecar" y, con ello, comienzan simultáneamente a adquirir conciencia diurna física, despierta, pero pierden los recuerdos sobre el mundo celestial y sobre la identidad cósmica de su propio yo.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.