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(1053-1590) 
 
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En "el Paraíso Terrenal" "Adán" y "Eva" no conocían la luz cósmica que su modo de ser representaba  1545. En la luz o "Paraíso Terrenal", "Adán" y "Eva" sólo conocían, claro está, la luz. Y este conocimiento hacía tiempo que se había convertido en una conciencia habitual, "conocimiento-C" o función automática tan dominante que en su conciencia diurna todavía se encontraba únicamente en un ínfimo estado elemental. Vivían en la luz o, dicho de otra manera, manifestaban el cumplimiento de la ley del amor de una manera total, pero no sabían porque la cumplían. No sabían, por consiguiente, que había una forma de existencia basada totalmente en la transgresión de esta ley y, con ello, constituía la antítesis total de su propio modo de ser. Su "conciencia cósmica", adquirida en un ciclo de espiral precedente, hacía tiempo que había pasado de su conciencia diurna a su conciencia nocturna convertida en "instinto", que era su único fundamento para el cumplimiento de la ley de la vida. Con su conciencia puramente diurna no conocían, por consiguiente, la luz cósmica que, en realidad, representaban con su modo de ser, y la oscuridad o la forma de vida animal mortífera, o sea, "la falta de amor" no había sido solamente quitada de su conciencia diurna, sino que también había abandonado totalmente su modo de ser. Hacía mucho tiempo, en una espiral precedente, había tenido que ceder su lugar a la entrada de la luz en su conciencia física diurna de aquel tiempo a favor de su incipiente "conciencia cósmica" así mismo de aquel tiempo, o sea, la conciencia que en su actual "Paraíso Terrenal" se había convertido en "conocimiento-C", función automática o instintiva. "Adán" y "Eva" no tenían, así pues, ningún conocimiento real con conciencia diurna de "la oscuridad" o "la muerte cósmica" y, en cierto modo, casi habían vivido hasta el fondo su conocimiento sobre la vida. De hecho sólo eran un conjunto de energía cósmica, de sustancia cósmica agrupada alrededor de un yo que vivía en la luz, no por medio de conciencia diurna despierta, sino al contrario por medio de su "instinto".


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