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(1053-1590) 
 
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Cómo percibe el ser "cósmicamente muerto" los mayores principios de manifestación de la Divinidad: "luz" y "oscuridad"  1540. Pero, del mismo modo que el ciclo de espiral está dividido en una "zona de vida" y una "zona de muerte", en una "zona agradable" y una "zona desagradable", cada uno de los seis reinos de la espiral también está, en realidad, dividido en una "zona agradable" y una "zona desagradable", que, a su vez, son concebidas por la humanidad terrena como "cielo" e "infierno" respectivamente. Este "cielo" (paraíso) y este "infierno" son, así pues, en realidad dos principios absolutos de los que depende toda la posibilidad de experimentar la vida. Si "el infierno" o "principio desagradable" no existiera, "el principio agradable" o "el reino de los cielos" también sería algo totalmente imposible. Por consiguiente, se convierte en un hecho que "el reino de los cielos" no es ninguna zona favorita en la que la Divinidad favorece y mima a sus protegidos, del mismo modo que "el infierno" tampoco es un presidio o establecimiento penal, donde la Divinidad enojada se venga de todos los seres que no han sido capaces de captarse su favor o benevolencia y los castiga. Una concepción así del "cielo" y del "infierno" es la culminación de la ignorancia y sólo puede encontrarse en "el reino de la muerte" o mitad oscura del ciclo de espiral. Es la manera como el ser "muerto" percibe los mayores principios de manifestación o el análisis de la función creadora de la Divinidad.


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