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| El principio que hoy rige al dictador sólo puede ser estimulado por seres no intelectuales o primitivos | 1525. El individuo que hoy busca felicidad y satisfacción consiguiendo convertirse en dictador sólo puede encontrarse en las filas de los no intelectuales, aunque pueda mostrar una cierta forma de inteligencia. Quien hoy quiera dirigir a los hombres "en la misma dirección" por medio de una dictadura sólo puede ser un individuo que carece totalmente de conocimiento sobre el proceso evolutivo a que hoy está sometida la humanidad terrena, de hecho, ni siquiera puede distinguir al hombre actual del hombre del pasado. Alegará que los reinos del pasado estaban dominados por reyes, déspotas o dictadores. Su comprensión psicológica de la más alta necesidad mental de los hombres terrenos de hoy es nula. Sólo puede subestimar la psique de los hombres terrenos y considerar que hoy esta psique es la misma que en el pasado. Que el hombre terreno ahora, más que nunca, se está convirtiendo en un "hombre intelectual", es decir, que está despertando como individualista que está a punto de adquirir conciencia de sus deseos especiales, necesarios para su naturaleza para satisfacer esta mentalidad suya que está despertando, él mismo lo ignora totalmente, ya que no ha despertado en el espíritu, sino que domina en la materia. Para él la felicidad son los uniformes, los desfiles, las condecoraciones, los esclavos o soldados y la aniquilación de todo lo que se presenta como contrario a esto. Tiene que usarlo, claro está, exclusivamente para engalanarse a sí mismo. Sus disposiciones primitivas o anormales se muestran aquí como un hecho por medio de este deseo enfermizo suyo de brillar y la consiguiente falta de inhibiciones en el uso desconsiderado de todo y todos como adornos alrededor del culto o adoración de sí mismo. Como tales individuos son los únicos que hoy quieren acceder a ser dictadores, los estados o pueblos totalitarios de hoy se pueden denominar extraviados. |
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Síntesis