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(1053-1590) 
 
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Por qué la mentalidad de grupo o masa de las naciones o estados parece más primitiva que el individuo concreto de entre los individuos intelectuales que forman parte de este grupo o masa  1505. La mentalidad de los estados es lo último que se acaba en el gran proceso transformador de "animal" en "hombre". Cada estado o nación representa un grupo nacional emparentado, pero individuos diferentes. El conjunto de la mentalidad, de la moral y del grado de humanitarismo de un estado sólo puede estar constituido por "la conciencia común" de los individuos de este grupo con actitudes mentales diferentes. Una "conciencia común" así es, a su vez, lo mismo que aquí, en "Livets Bog", denominamos "conciencia de grupo" o "espíritu del pueblo". Cada nacionalidad expresa por medio de los individuos su propia "conciencia de grupo" o "espíritu del pueblo". De hecho, por lo que respecta a las viejas naciones o antiguos estados, este "espíritu del pueblo" es, incluso, tan fuerte, que caracteriza a los individuos concretos de una manera puramente corporal o animal, de modo que se puede leer en sus rostros su nacionalidad. Un "danés" de raza pura mostrará, así pues, en su rostro las características del espíritu del pueblo "danés", mientras un "sueco" de raza pura tendrá, de modo correspondiente, las características del "sueco", y un "noruego" las del espíritu del pueblo "noruego", a pesar de que todos forman parte de la misma raza.
      Del mismo modo que los individuos representan estadios evolutivos altamente diferentes y la consiguiente actitud moral o humana correspondientemente muy diferente, las naciones o estados también representan un "espíritu de pueblo" o una "conciencia de grupo" muy distintos. Algunas naciones tienen un "espíritu de pueblo" altamente evolucionado, mientras otras sólo representan una "conciencia común" o un "espíritu de pueblo" bastante primitivos. Pero esto no significa, naturalmente, que en estas naciones primitivas no tengan que existir individuos concretos extraordinarios o altamente evolucionados, del mismo modo que, naturalmente, también se pueden encontrar seres primitivos o menos evolucionados en las naciones con un "espíritu de pueblo" altamente evolucionado. El carácter o los estadios morales del "espíritu del pueblo" o de "la conciencia de grupo" lo constituye, claro está, el punto de equilibrio mental entre los individuos intelectuales y no intelectuales del estado o nación. Como los verdaderamente intelectuales, por regla general, todavía sólo son una parte muy pequeña del número de individuos del estado, mientras los no intelectuales y primitivos constituyen el resto de estos individuos y, de este modo, son la mayoría, y con su derecho a votar participan en el gobierno del estado y en la imagen hacia el mundo exterior o hacia otras naciones, es evidente que "la conciencia de grupo" o "espíritu de pueblo" del estado tanto hacia el exterior como en el interior sólo puede estar caracterizado por el primitivismo o no intelectualismo en el mismo grado que sus individuos no intelectuales sean mayoría, y por el intelectualismo y cultura en el mismo grado en que sus individuos intelectuales sean la mayoría. Que esto se sabe en esta forma democrática de gobierno, que, claro está, es el lema del futuro, se convierte en un hecho por medio de la colosal energía que se despliega creando escuelas y centros docentes y, por medio de ello, creando enseñanza e información para el público en general. Y gracias a este conocimiento, "la conciencia de grupo" del futuro será mucho más elevada, tanto desde el punto de vista intelectual como cultural, que hoy, en que todavía es el primitivismo de la mayoría el que está sentado en el trono del gobierno. Esto no significa que los miembros del gobierno, los ministros y los presidentes sean seres primitivos y groseros, al contrario, pero están atados por "la conciencia de grupo" que los ha elegido. Constituyen más bien un compromiso entre los intelectuales y los no intelectuales. Y como los no intelectuales, en virtud de su mayoría, son el factor de poder más fuerte tras los miembros del gobierno, éstos sólo pueden mitigar la fuerza del primitivismo y del derecho a decidir en los asuntos del estado en el mismo grado en que con su intelectualismo están en condiciones de influir sobre el grupo no intelectual con poder y persuadirlo a favor del intelectualismo. El grupo de poder no intelectual se convierte, así pues, en un grado muy dominante en la imagen del grupo hacia el exterior. Y así sucede que la conciencia del grupo parece, por regla general, más primitiva y no intelectual que cada uno de sus individuos concretos.


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