Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Lo que revela que el hombre terreno todavía es un ser inacabado, que no se ha puesto en contacto con la posibilidad de la existencia paradisíaca, que la Tierra ya hace tiempo que está lista para poder ofrecer  1499. Es, naturalmente, cierto que la humanidad terrena todavía no está en condiciones de poder mantener justicia entre los seres o protegerlos sin la ayuda del "principio del castigo", que en realidad sólo es un "principio de venganza" autorizado por el estado o la sociedad, pero, ¿por qué no tendría que ser esta forma de existencia una simple etapa de la evolución de la humanidad terrena, un estadio de transición, al igual que todos los otros estadios o todas las otras épocas precedentes del crecimiento mental o nacimiento del ser vivo en la zona física? ¿No creen que la intención de la Providencia sea convertir al hombre terreno en perfecto, del mismo modo que ha hecho todo lo otro perfecto? Cuando la Divinidad, a través de las inmensas épocas evolutivas y los períodos de millones de años, ha transformado un océano de fuego ardiente en un mundo tan magnífico, tan adecuado y con una profusión tal de colores como es nuestro planeta con sus innumerables y ricas condiciones para una existencia paradisíaca, ¿no creen, entonces, que la intención es que los hombres terrenos tienen, así mismo, que transformarse de modo que entren en contacto con estas ricas posibilidades de una vida divina que, de este modo, se les ha regalado, en vez de, como ahora es el caso, sabotear estas posibilidades y, con ello, hacer de este hermoso mundo un conjunto de cárceles, hospitales y montones de ruinas, y de una gran parte de la humanidad terrena un grupo de inválidos, psicópatas y subnormales? ¿No es evidente que el hombre terreno en su estado actual no es en absoluto ningún ser acabado y, por consiguiente, todavía no encaja en todas las posibilidades de una existencia perfecta que el propio planeta, con cantidades igual de sobreabundantes, manifiesta? Los seres que saborean las condiciones para la creación de su propio bienestar absoluto y, con ello, convierten la vida o existencia en un valle de lágrimas, en un "infierno" en vez de en un "reino de los cielos", no pueden de ninguna manera considerarse seres perfectos. A lo sumo pueden considerarse como fetos del estado paradisíaco que el planeta hace tiempo que está preparado a ofrecerles. Y como las condiciones para este ofrecimiento son exclusivamente "amor al prójimo", el hombre terreno se mostrará como inacabado en el mismo grado en que manifieste falta de esta forma de amor. En el mismo grado en que los seres carezcan de "amor al prójimo", en este mismo grado vivirán en estados imperfectos y homicidas con cárceles y condenas, con desgracias y sufrimientos, con gula y miseria, con ira y odio, con invalidez, tortura y ejecuciones.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.