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| ¿No es pecado estimular "la prevención de la fecundación"? |
1480. ¿No es entonces pecado estimular "la prevención de la fecundación"?
¿No va contra las leyes de la naturaleza intervenir en un proceso de la naturaleza en beneficio propio y así impedir que cumpla su finalidad natural?
Cuando dos seres, aquí en este caso "hombre" y "mujer", pasan a formar parte del proceso que los convierte en "una carne" y se manifiesta como un coito sexual, ¿no es entonces el objetivo de la naturaleza que tenga lugar una "fecundación"?
¿No está este proceso determinado a dar la posibilidad de que un ser desencarnado pueda encarnarse en la carne o en el mundo físico?
Interviniendo en el coito de tal modo que esta posibilidad no exista para el ser desencarnado se va en sentido contrario a las propias leyes de la naturaleza.
Si todos los hombres y mujeres intervinieran en su coito de este modo, no habría ninguna posibilidad para la encarnación, y el linaje humano tendría que extinguirse totalmente.
Sí, esto es totalmente cierto.
Si "todos" los hombres terrenos interviniesen en su disfrute sexual de esta manera, pero, precisamente, es esto lo que no hacen y jamás harán.
Un riesgo así no puede, por consiguiente, surgir nunca.
¿Por qué no?
Si "la prevención de la fecundación" se convirtiera en un dogma de aceptación general, estimulado y autorizado por todas las autoridades, ¿podría extenderse de tal forma convirtiéndose en catastrófico para la sobrevivencia de la humanidad terrena?
No, ni siquiera con una autorización semejante tras sí crecería a unas alturas tan catastróficas.
Y, por lo demás, ¿no existe precisamente una amplia propaganda en este campo?
¿No hay un gran número de comercios que, precisamente, suministran los materiales necesarios o utensilios con tal objetivo?
En todas las revistas y publicaciones importantes, ¿no hay anuncios que ofrecen estos utensilios o productos, y así mismo se citan en todo manual detallado de medicina?
¿No es esto en sí mismo una amplia propaganda?
¿No es casi imposible para todo hombre terreno intelectual, que está al corriente de los problemas actuales, ignorar la posibilidad de esta intervención, dejando aparte los miles que de otro modo, sin ninguna ayuda, hacen el coito ineficiente de modo que la fecundación no pueda tener lugar?
Hay, por lo tanto, que contar con que millones y millones de hombres y mujeres terrenos intervienen en el proceso de su acto sexual e impiden la fecundación, y, sin embargo, hay seres suficientes para hacer cola para participar en los productos de primera necesidad más indispensables, comida, ropa y alojamiento.
Además hay que añadir el gran tanto por ciento de seres que nacen o vienen al mundo, pero jamás llegan a tener parte en los bienes y tienen que hundirse en la miseria y la desdicha antes de haber vivido la vida terrena con su extensión normal, incluso a veces ya en los más tiernos años.
A pesar de que "la prevención de la fecundación" se usa en gran escala, no hay en absoluto falta de hombres para los bienes de la vida, que el orden social político o administrativo por el momento está en condiciones de hacer públicamente accesibles. ¿Pero no sucede lo mismo con otros procesos de la naturaleza en los que interviene el hombre? ¿Creen que los mares se vaciarán alguna vez de peces porque los hombres se dedican en gran escala a la pesca? ¿Creen que los hombres terrenos pueden aniquilar a los animales porque está permitido comer carne? ¿Creen que estos mismos seres pueden convertir la Tierra en un desierto porque comen verdura? ¿No creen que con estos fenómenos pueda suceder como con el agua? No hay nadie que piense que el agua de la Tierra disminuye cada vez más porque todos los seres tienen derecho a beber. Pero, ¿por qué "lo comestible" del mundo tendría que ser más fácil de agotar o exterminar que "lo que se bebe"? ¿No están tanto la comida como la bebida sometidas al mismo ciclo que toda la demás materia del mundo? ¿No buscan todos los excrementos el mismo camino que el agua de la cloaca? ¿No van las heces a la tierra como "abono", al igual que las hojas caídas y las flores marchitas, y desde allí pasan a ser alimento de nuevas plantas, crecen de nuevo como nuevas sustancias alimenticias, se convierten en "verduras" nuevas? Y el agua de las cloacas o de los lodazales, ¿no se apresura, así mismo, hacia la tierra, es filtrada, surge de las fuentes como agua potable y cristalina, sigue apresurándose como riachuelos, arroyos y ríos, se evapora, se convierte en el aire puro que respiramos o sube a las alturas, se convierte en las resplandecientes nubes veraniegas que traen el crepúsculo matutino y el arrebol vespertino tanto sobre las colinas de nuestra tierra como sobre las alturas más considerables de tierras lejanas? No, no hay nada que muestre que "la prevención de la fecundación" sea catastrófica para la sobrevivencia de la humanidad terrena, y que la reproducción humana terrena y, con ella, la carne humana terrena tuviera que estar, a causa de ello, fuera de las leyes del ciclo. Es, al contrario, un hecho inalterable que hay individuos suficientes, es más, incluso se puede decir que directamente hay demasiados en relación con la capacidad para administrar o la comprensión para repartir el conjunto de bienes materiales entre los seres, que la sociedad humana terrena posee hasta la fecha. Como aquí hemos visto, "la prevención de la fecundación" no da lugar a ninguna molestia o desgracia física exterior especial. Al contrario, en ciertas situaciones tiene que considerarse como una bendición. Por medio de estos métodos el hombre terreno evolutivamente avanzado y, por consiguiente, degenerado matrimonialmente puede subsanar las consecuencias de su incapacidad para la paternidad. |
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