Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Por mucho que se exalte el matrimonio a través de películas y obras de teatro con los hombres y mujeres más hermosos del mundo en los distintos papeles, la gran ola de deseo sexual, que se encuentra por todas partes, no puede mantenerse, sin embargo, dentro del marco del matrimonio  1459. Por mucho que los seres embellezcan el principio matrimonial y hagan magníficas y caras películas y obras de teatro con los hombres y mujeres más hermosos o bellos del mundo, desde el punto de vista físico, en los papeles principales y los dejen ilustrar escenas matrimoniales, que terminan en una maravillosa felicidad conyugal que dura hasta el fin de los días de la pareja o resto de sus días, los matrimonios no pueden, sin embargo, durar o ser lo suficientemente fuertes para poner dique al creciente disfrute sexual fuera del matrimonio. Es cierto que millones de parejas jóvenes embriagadas de amor presencian las escenas que las estimulan a creer que su propia situación es semejante a esta felicidad eterna o "imperecedera". Y, por lo tanto, se apresuran a ir lo más rápidamente que pueden al sacerdote o al alcalde para que ponga en su propia relación el sello con la autorización y bendición de la sociedad. Y así tienen lugar una serie de nuevos matrimonios, que en realidad sólo son los preparativos preliminares de una serie de nuevos divorcios. Porque, ¿qué fue lo que estos jóvenes vieron en la película o en el escenario? ¿No fueron exclusivamente las fantasías de un escritor genial sobre cómo podría ser la felicidad conyugal y de ninguna manera la realidad corriente totalmente desnuda? Los casos de felicidad matrimonial ideal, que se producen como por encanto en la pantalla o en el escenario, sólo son una ilustración del muy pequeño tanto por ciento que forma parte de las excepciones. Pero no se puede crear el análisis fundamental a partir de excepciones, sino sólo a partir de lo general. Y ni siquiera el hombre y la mujer extraordinariamente hermosos, que en la obra representaban el papel de los cónyuges ideales al cien por cien con un amor mutuo a lo largo de toda la vida, son en su vida privada modelos conyugales así. ¿No se impone aquí también que estos seres son frecuentemente pasajeros de la ruta de tráfico sexual con transbordo a un matrimonio tras otro? ¿No es muy limitado el tanto por ciento de aquellos, que en las películas y en el escenario se han convertido en el ideal favorito como expresión de pareja sexual, que en realidad son pareja conyugal perfecta en su propia vida privada? Los divorcios y las tragedias matrimoniales, ¿no florecen aquí en gran escala? Esto no se dice para empequeñecer a estos grandes artistas, que naturalmente pueden ser grandes hombres y mujeres ideales en otros campos, sino sólo para demostrar exclusivamente que la ola de deseo sexual está en todas partes, y que estos seres, grandes artistas y escritores, que precisamente enaltecen el matrimonio ante la mayoría, no son de ninguna manera una excepción.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.