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(1053-1590) 
 
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Ningún ser vivo "muere" en una guerra, porque todas las partes combatientes en tal guerra ya están "muertas" antes de empezar la guerra  1437. Pero el ser vivo es más que "materia". Tratarlo completamente como "materia", como algo que se puede cortar o limar o en que se pueden clavar clavos, como algo que se puede romper a trozos o juntar, según uno desee, crea una reacción de la parte de este prójimo que no es materia, sino que es "espíritu". Si el prójimo, cuyo "espíritu" ha sido tratado como "materia" por otro ser, es un ser igual de ignorante que el que lo ha molestado y deja que su reacción o represalia sea trabajar "el espíritu" del prójimo con martillazos y yunque, como si este "espíritu" fuera materia, hierro o cobre, se produce lo que llamamos "guerra". Los seres se golpean mutuamente y cada uno cree que puede darle forma al otro a favor propio. La guerra sólo es, por lo tanto, un resultado del estado "muerto" o de incompetencia "cósmica" de "los seres vivos". Los seres que cayeron en el campo de batalla como guerreros ya eran seres "muertos" antes de comenzar la guerra. Y los guerreros que ganaron la guerra como vencedores están igual de muertos que los adversarios, que están mutilados o muertos. Ningún ser "muere" en la guerra, porque todas las partes beligerantes en una guerra ya están "muertas". Y la guerra es el verdadero "signo del cadáver" o la infalible "marca de la muerte" de estos "muertos" cósmicos. Estos seres "muertos" se llaman a sí mismos "seres vivos", pero se tratan mutuamente como "materia", como "sustancia" y creen que verdaderamente pueden tratar a "lo vivo" exactamente como se trata a "lo muerto". Y fue hasta allí hasta donde "el disfrute del árbol de la ciencia" tenía que llevar al ser vivo o "Adán" y "Eva". Tenían que "morir la muerte". Tenían que vivir tan a fondo la pobreza anímica o cósmica que, en realidad, no iban a poder conocer la diferencia entre "los seres vivos" y "la materia muerta" y, de este modo, tenían que alejarse totalmente de su conocimiento o saber sobre su verdadera inmortalidad o vida eterna. Es cierto que ven unos fenómenos, que denominan "seres vivos" y que también se expresan a sí mismos como un ser así, pero les falta la comprensión de lo verdaderamente "vivo" en estos seres y en ellos mismos. Creen que esto "vivo" tiene principio y fin y, por consiguiente, sólo es una "cosa creada", o sea, una cosa hecha de "materia" y, por consiguiente, idéntica a "materia".


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