Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

"El paraíso" es la culminación de cada uno de los seis reinos de la espiral. Como los seres están sujetos al ciclo, tienen que pasar por cada uno de "los paraísos" de estos reinos y, de este modo, experimentan el principio "infierno" en la transición de un "paraíso" a otro  1431. Pero, ¿por qué maldicen o critican y persiguen los hombres terrenos de este modo estas "manifestaciones del paraíso", que, sin embargo, en realidad son acontecimientos divinos de los que poco a poco ellos mismos no pueden prescindir, es más, que, en realidad, han sido introducidos en el mundo en virtud de sus propios deseos, apetitos y anhelos? Para comprender esto hay primero, claro está, que darse cuenta de lo que una "manifestación del paraíso" es en realidad. "El paraíso" es, en realidad, una expresión de la culminación dentro de cada uno de los seis reinos o formas de existencia del ciclo de espiral. Esta culminación es, a su vez, el estado en el que la mayoría de individuos de un reino así están al cien por cien en contacto con las leyes de este reino. Pero como un reino mental, tal como "el reino animal", "el reino humano" u otro de los reinos del ciclo de espiral, sólo es una parte limitada del ciclo, y los seres vivos tienen que pasar todo el ciclo, no pueden quedarse en uno de estos reinos. Por consiguiente, se mueven evolucionando a través de los seis reinos según deseo y saciedad. De este modo desearon "Adán" y "Eva" comer del "árbol de la ciencia", que es la manifestación del "reino animal" o principio mortífero. Pero como eran "seres de luz" y no podían convertirse en "seres de oscuridad" o "animales" inmediatamente con un milagro, sino que tenían que evolucionar hacia el estado "animal" o a poder cumplir las leyes del "reino animal" al cien por cien, en el primer periodo de este reino, en el que todavía eran en gran medida "seres de luz", pero también, debido a su incipiente "disfrute del árbol de la ciencia" o cultivo de la materia, se habían convertido en seres "animales", tenían que estar en desarmonía tanto con "el reino de la luz" como con "el reino de la oscuridad". Estar en contacto con "el reino de la oscuridad" o "reino animal" era, claro está, el objetivo, era la satisfacción de su mayor deseo. Y mientras este deseo no se hubiera cumplido, no podían de ninguna manera sentirse satisfechos o felices. Desde el primer incipiente comienzo de "disfrute del árbol de la ciencia" y hasta que pudieran practicar totalmente las leyes del "reino animal" como función automática, la existencia tenía, a causa de ello, en principio que ser un contraste al "paraíso", o sea, un "infierno".
      Pero tras haber alcanzado la perfección en el cumplimiento de las leyes del "reino animal" y la consiguiente saciedad de esta forma de manifestación o experimentación del "paraíso de la oscuridad", su deseo tenía que ser lo contrario al deseo de oscuridad. Tenía que ser el deseo o hambre de "la luz". Y todo lo que podía estimular e inspirar a "la manifestación de la luz" o al denominado "bien" se convirtió en moral e ideales autorizados, mientras que todo lo que todavía era desencadenado por tendencias o manifestaciones "animales" tenía que percibirse aquí como obstáculos para alcanzar "la manifestación" perfecta "de luz". Que no se tenía demasiada simpatía hacia las manifestaciones de oscuridad, que tras la zona de culminación sólo podían, claro está, considerarse "inmoralidad" y obstáculos, es muy natural. Y a esta antipatía se debe que "el acontecimiento del paraíso" se llame ahora "caída del primer hombre" con "serpiente" y "seducción". Los deseos morales o los ideales actuales de la humanidad terrena son, claro está, "manifestaciones de luz" en oposición a los deseos o anhelos del "Adán" y "la Eva" bíblicos que, precisamente, eran "las manifestaciones de la oscuridad".


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.