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Por qué "la caída" bíblica "del primer hombre" no fue ninguna "caída", sino una bendición divina sin la cual los seres jamás podrían recuperar su "conciencia cósmica"  1423. Hace tiempo que sabemos a través de "Livets Bog" que "la caída" bíblica "del primer hombre en el Paraíso Terrenal" no fue, en realidad, ninguna "caída", del mismo modo que "la serpiente" de este paraíso no fue ningún "diablo" verdadero o absoluto, sino que, al contrario, fue exclusivamente una expresión para representar la conducción divina de los seres vivos a través de la espiral evolutiva por medio del principio de Cristo o de la redención del mundo. Pero en este momento y en esta parte de la historia de los seres vivos, de que habla "la Biblia", los seres vivos no tenían, claro está, que ser llevados a "la luz", porque estaban en "la luz". Por consiguiente, no conocían, en realidad, nada del presunto "mal". Su instinto y función habitual más profunda era exclusivamente el cumplimiento de la ley del amor. "El amor al prójimo" era un talento que lo dominaba todo en estos seres y era, por lo tanto, un "conocimiento-C" o función automática que había llegado a su culminación ya hacía tiempo. Sólo podían vivir en contacto con las leyes supremas. En caso contrario no habrían podido estar en una región así de luz o "Paraíso Terrenal" por el que "Dios paseaba" y "hablaba" personalmente con ellos. Y el relato de "la Biblia" tendría que ser la pura superstición, es más, directamente una mentira absoluta.
      Pero, así mismo por "Livets Bog", sabemos que cuando algo se ha convertido en "conocimiento-C" ha abandonado en mayor o menor grado la conciencia diurna y, con ello, ha dejado en grado correspondiente de ser conciencia despierta. Y para los seres vivos (Adán y Eva) en "el Paraíso Terrenal" bíblico, las leyes del amor eran en tan alto grado "conocimiento-C" que dichas leyes o detalles más importantes de la existencia en la luz ya no eran conocimiento con conciencia diurna despierta. Este conocimiento sólo era, al contrario, en su conciencia, desde un punto de vista puramente mental, un "instinto" que todo lo dominaba. Lo que antes había sido un conocimiento con conciencia diurna despierta y que lo dominaba todo ahora sólo era a lo sumo una "percepción vaga". El conocimiento del ser de la oscuridad o de la infracción de las leyes de la vida y sus consecuencias estaba todavía lejos, muy lejos en el pasado, en la lejanía de la esfera física de un ciclo cósmico de espiral anterior y en un planeta distinto a la Tierra. Y como aquí había culminado como conocimiento con conciencia diurna despierta y ya había degenerado en beneficio de la existencia de luz en los mundos espirituales del ciclo de espiral, y el ser, en forma de "Adán" y "Eva" bíblicos, todavía no había estado en las zonas oscuras físicas o reino animal del nuevo ciclo de espiral, ya no tenía, por consiguiente, en ningún modo conocimiento especial absoluto de esta forma de existencia. Y el camino para adquirir de nuevo este conocimiento sobre la oscuridad sólo podía pasar únicamente por el reino animal o zona de la oscuridad. Que "Adán" y "Eva" tenían que entrar en la oscuridad era algo absolutamente inevitable. En caso contrario no habrían podido recuperar su "conciencia cósmica".


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