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| Toda forma de falta de amor para con el prójimo es un intento de atentado o un sabotaje contra la estructura del universo en sí en la zona de nuestra propia conciencia o manifestación | 1417. De hecho, es cierto que estos "microbios" no tienen, naturalmente, la más mínima idea de que están ante unas fuerzas superiores tan gigantescas. Viven, precisamente, en la fabulosa superstición de que sólo luchan contra su "prójimo". No comprenden que no se trata en absoluto de lo que el prójimo hace contra ellos, sino, al contrario, exclusivamente de lo que ellos hacen contra el prójimo. Porque sólo es aquí exclusivamente donde pueden estar a favor de la estructura del universo o en contra de ella. El prójimo y el universo son absolutamente idénticos. Lo que uno hace contra el prójimo lo hace también contra el universo. Como el universo es "amor", y esta forma de manifestación es la condición para todo bienestar verdaderamente normal o para la denominada felicidad suprema, toda forma de "falta de amor" hacia el prójimo será un intento de atentado contra la propia estructura del universo en la zona de nuestra propia conciencia y manifestación. Pero atentando contra esta estructura en nuestra propia zona destruimos, claro está, en mayor o menor grado lo que, precisamente, condiciona nuestra estructura anímica y corporal, normal y, con ello, nuestro propio bienestar normal. Estas perturbaciones del bienestar normal son las que tienen como resultado toda forma de guerra y el consiguiente destino desdichado. No es extraño que el resultado de las guerras sea inevitablemente mutilación, invalidez, enfermedad mental y estertor de muerte allí donde no conduce a la ascensión al "patíbulo de los criminales de guerra", incluso a los "vencedores". |
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