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| Si la causa de la vida fuera "la casualidad", la aparición del ser vivo tendría que deberse no a "una casualidad", sino a millones de "casualidades" | 1407. De este modo, se debe a una pura "casualidad" que haya vida, experiencias, es más, que en resumidas cuentas existan "seres vivos". Imagínense que "el casual" movimiento de materias del océano no hubiera producido el encuentro de energías que forman "el ser vivo". ¿Creen que una ciencia universitaria con tales consecuencias puede continuar manteniéndose firme? ¿Creen que en el futuro se podrán obtener doctorados o profesorados a base de argumentos sobre la identidad o nacimiento de la vida como una consecuencia de una actividad "casual" en el gran movimiento de olas o desencadenamiento de energía del océano de sustancias del universo? ¿No creen que esta "adoración de la casualidad" palidecerá un poco a medida que se comprenda que el organismo de un ser vivo representa un mundo habitado por otros seres vivos, de hecho, por millones de individuos? Que estos individuos sean "microindividuos" no cambia nada del principio. Cuando se considera que un ser vivo del "mesocosmos", por ejemplo un hombre terreno, ha surgido por medio de un extraño movimiento "casual" o ni más ni menos que por movimientos casuales de energías, que, precisamente, pudieron poner en contacto mutuo las energías especiales que condicionan la aparición de un hombre terreno, y que este hombre terreno está, a su vez, formado por millones de pequeños seres vivos, cuya aparición individual ha surgido así mismo exactamente por un encuentro o unión "casual" de las sustancias y materias necesarias para que su vida pudiera convertirse en realidad, y los microseres, por su parte, también son seres vivos con organismos formados por seres vivos, del mismo modo que los organismos del mesocosmos, esto quiere decir que la aparición del hombre terreno no está condicionada por una "casualidad", sino por millones y millones de "casualidades". |
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