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Si el ser vivo no pudiera jamás llegar a estar en condiciones de experimentar una respuesta concreta a la pregunta sobre los hechos eternos, sobre el más profundo secreto y la más profunda identidad de su yo, etc.  1384. "El amor al prójimo" es, de este modo, la más alta forma de talento mental y corporal. Es la culminación misma de la experimentación de la vida. Y, con ello, las muchas épocas evolutivas de millones de años de la historia de la Tierra adquieren su evidente e inalterable sentido. ¿Cómo podría si no tener sentido todo este panorama evolutivo? ¿De qué serviría este inmenso proceso creador, lógico, que ha estado en condiciones de transformar líquidas masas ardientes, centelleantes de fuego en un cuerpo celeste tan inmensamente rico y dotado de condiciones tan geniales para toda la felicidad humana como muestra nuestro planeta, si sólo tuviera que ser habitáculo de seres vivos o de una humanidad cuya capacidad de percepción jamás tuviera que tener una amplitud mayor que la de ser en sí misma el impedimento más infranqueable para la propia comprensión, utilización y disfrute de estas condiciones y riquezas por los seres? ¿Creen que la Providencia ha usado todas estas épocas de millones de años, en que ha trabajado con las fuerzas de la naturaleza, sólo para crear un ser vivo que es su propio y peor enemigo y con una capacidad intelectual tan pobre que sus ideales son "pena de muerte", mutilación y destrucción para otros seres vivos y por el que el verdadero "amor al prójimo" sólo puede concebirse como "anormalidad"? Si el planeta está dotado con tan espléndidas condiciones para la creación de cultura y felicidad humana, como es el caso, ¿no creen entonces que el objetivo de esto tiene que ser una humanidad que verdaderamente adquiera facultades e inteligencia plena para vivir con estas riquezas y disfrutar la consiguiente felicidad y alegría total, rica en bendiciones, que con la denominación de "paz" ya es el más íntimo deseo o más profundo anhelo de todos los hombres? ¿O creen que la Providencia sólo ha usado todas estas épocas de millones de años para desarrollar un ser cuya mentalidad es hoy una única y candente pregunta, un ser para el que todo a su alrededor, la vida, la naturaleza y él mismo, sólo es únicamente un "misterio", un ser que no conoce en absoluto su propio yo o su naturaleza eterna e inmortal, sino que se cree uno con la materia y, por consiguiente, pregunta: ¿"Qué soy yo, quién soy y dónde estoy"? Cuando la Providencia tiene un proceso creador tan inmenso en marcha, como el que hemos visto a que ha estado sometida la Tierra a lo largo de miles de millones de años, ¿puede esto solamente tener lugar para crear un ser que está lleno de un deseo ardiente de tener conocimiento sobre sí mismo, sobre la vida y la existencia sin que jamás tenga que recibir una respuesta? Una pregunta candente es, claro está, un deseo igual de candente. ¿Creen que la transformación o ciclo de los elementos desde un estado de fuego al estado mineral, vegetal y animal, a lo largo de un tiempo inmenso, sólo tuvo lugar para crear un ser con un deseo que jamás iba a ser satisfecho? El último resultado o el fin del proceso creador divino sólo tendría, así, que ser un ser cósmicamente ingenuo e ignorante, que estaría lo suficientemente por encima de un estado de sueño total o de no conciencia que podría experimentar su ingenuidad o ignorancia cósmica como una molestia, un tormento de que no tendría ninguna posibilidad en absoluto de deshacerse, ya que la respuesta a su candente pregunta o deseo de conocer la vida sólo es la desesperante expresión: "Los caminos de Dios son inescrutables". En verdad, que es un resultado muy pobre. De qué sirve crear en la conciencia del ser un deseo de algo que no existe. Si este es el resultado definitivo del proceso creador divino, todos los hombres de la Tierra son, desde el punto de vista cósmico, anormales. Son atormentados por un deseo mental para el que no hay ninguna satisfacción. Una divinidad que lleva a seres vivos a un estado así tampoco puede ser normal. Si los seres vivos no tuvieran jamás que estar en condiciones de obtener verdaderas respuestas concretas a las preguntas concernientes a los hechos eternos, al más profundo secreto de su yo, a la identidad de su existencia como temporal o eterna, si el verdadero origen o identidad cósmica del ser vivo y la existencia de la Divinidad tiene que ser algo sobre lo que eternamente es imposible obtener una respuesta, la Divinidad u origen de toda la gigantesca creación lógica de millones de años sólo es una revelación de "perversidad", "sadismo" y la más profunda misión de su obra una tortura o martirio eterno de los seres vivos. ¿Cómo puede un proceso evolutivo, que lleva exclusivamente a los seres a concebir la más alta estructura de toda la existencia como un "misterio", como una pregunta de cuya respuesta se tiene hambre y sed, un anhelo que nunca puede ser satisfecho, un deseo que nunca puede cumplirse, ser otra cosa?


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