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Por qué los estados o naciones de la humanidad terrena compiten en cebar a "la guerra" con las más refinadas armas mortíferas, técnicas y químicas  1372. Ahora quizá se alegue que "la guerra" no es ningún "ser vivo" y, por consiguiente, como una cosa muerta tiene, sin embargo, que tener a los seres vivos como origen y señor determinante. Sí, es cierto que "la guerra" en sí misma no es ningún "ser vivo", pero este hecho no le impide a "la guerra" ser un "mal" para la humanidad. Que es un "mal" sobre el que los hombres terrenos no tienen ningún poder es un hecho demasiado dominante para que no sea aceptado. Que los hombres ceben en tan alto grado a "la guerra" misma con refinadas mejoras de su capacidad de mutilar, matar y asesinar muestra, claro está, su inmensa ignorancia, ingenuidad y desamparo ante "el mal", que es "la guerra", que destruye o aniquila toda civilización humana. No es extraño que toda la mentalidad humana terrena se concentre, en realidad, en combatir "la guerra", pero los hombres terrenos no comprenden que no se puede apagar fuego con fuego. Creen firmemente que pueden exterminar "la guerra" con "la guerra". Y es en virtud de esta creencia que todos los diversos grupos, naciones o estados de la humanidad terrena se encuentran en una verdadera competición para proveerse de las más geniales, eficaces, sangrientas y destructoras armas, aparatos y productos químicos. No comprenden en absoluto que esta carrera, si se permite que continúe, es una marcha hacia su destrucción.


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