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La muerte, la invalidez y los montones de escombros que le ha causado al hombre terreno la zona del "día del juicio final", de la guerra o del principio mortífero  1369. Todos los hombres tienen, por consiguiente, que atravesar la misma cantidad de sufrimientos, pero afortunadamente esto no tiene que tener lugar al mismo tiempo. Como ya hemos dicho, una parte de los hombres terrenos está en el momento presente en la luz o bienaventuranza, es decir, están desencarnados. Otra parte se encuentra en medio de las mutilaciones y desgracias, caminando con muletas psíquicas y físicas, mientras otros se encuentran en una cierta forma de felicidad física, o una presunta "normalidad", y la guerra es para ellos el desgaste normal (vejez). Lo mismo es válido para las cosas creadas, "la hierba verde" y "los barcos en el mar", etc. Aquí también tiene que haber algo que esté sometido a la destrucción física, cosas que se están descomponiendo o destruyendo a favor de la creación de cosas nuevas. Si las cosas creadas, las producciones de la naturaleza poco a poco, a medida que han cumplido su misión, no se descompusieran de nuevo, no se convirtieran en materia, ¿cómo podría entonces haber material para nuevas producciones o creaciones? Un poco más adelante trataremos de cuántas muertes o de la cantidad de sufrimientos que tiene que pasar la aparición de un hombre terreno de carne y sangre en su existencia desde el estado de mono hasta "el hombre perfecto". Pero primero tenemos que mirar la capacidad de la guerra o del principio mortífero en sí. ¿No se le han añadido hasta el momento presente gran cantidad de refinados métodos de asesinato, aparatos de guerra e invenciones destructoras? La guerra, en su forma moderna de hoy, ¿no es una planificación con los fenómenos técnicos y químicos más geniales? Fenómenos tales como bacilos de peste, rayos mortales y gas tóxico, ¿no pueden considerarse casi como energías de guerra que han nacido ya muertas al lado del último refinamiento de la guerra que todo lo destruye en forma de "bomba atómica" en conexión con todo el otro genial material de guerra moderno con el que se han despoblado terrenos y transformado resplandecientes centros de cultura y ciudades en montones de ruinas? ¿Qué es una víctima de la guerra al lado del conjunto de seres que la gran guerra o zona del principio mortífero ha exigido desde "Adán" u "hombre mono"? De hecho, aunque las víctimas y los inválidos de una guerra así llegaran a una cifra de cincuenta o cien millones, ¿qué significa esto al lado de los miles de millones de víctimas e inválidos que muestra la esfera oscura o la zona de guerra conjunta desde "Adán" a "Cristo"? Cuando recordamos que cada hombre de la Tierra, en su largo camino evolutivo desde "hombre mono" hasta "hombre civilizado", tiene que atravesar lo mismo y experimentar un serie de vidas en las que ha sido matado, otra serie de vidas en las que ha sido mutilado hasta la invalidez e igualmente también ha experimentado una serie de vidas con enfermedades graves, nos formamos por primera vez una idea más verdadera del crisol del propio Dios o "día del juicio final".
      Si valoramos las agresiones y defensas de la esfera de día de juicio final de este ciclo de espiral y los consiguientes muertos, heridos, mutilados, enfermos y afectados a lo largo de los tiempos y los montones de ruinas ocasionados por la guerra con cifras concretas, obtendremos una imagen muy significativa del principio y la estructura especial de la esfera de la muerte. Cuando contamos con que hoy hay unos dos mil millones de hombres encarnados en la carne en la Tierra, mientras que aproximadamente una parte igual de hombres de la Tierra se encuentran en estado desencarnado o en la zona espiritual, y que cada uno de estos cuatro mil millones de hombres ha pasado por la zona del principio mortífero y ha perdido la vida de una manera no natural, por ejemplo, en cuatro encarnaciones, y así mismo calculamos que con cuatro encarnaciones en la invalidez y cuatro encarnaciones con enfermedades, cifras que en todo caso son extremadamente bajas, veremos que "el día del juicio final" o "la guerra" (la zona del principio mortífero) ha desencadenado en los continentes y mares de la Tierra dieciséis mil millones de asesinatos, dieciséis mil millones de inválidos y dieciséis mil millones de vidas con enfermedad, además de todas las vidas que han perecido con la denominada muerte natural a causa de vejez, que, claro está, también es desgaste debido a la lucha por la vida o instinto de conservación. Estas cifras nombradas aquí no son en absoluto definitivas ni satisfactorias, pero son suficientes para dar una pequeña idea de lo amplio que es el verdadero panorama de las ideologías de "la guerra" o el principio dictatorial: "el derecho del más fuerte" de la vieja época mundial. ¿Qué es la última y gran guerra de hoy con sus bajas en el campo de batalla, qué es la cantidad de campos de concentración y cámaras de gas, o qué son las víctimas y los inválidos de los otros métodos de exterminio, incluso contando con la capacidad de destrucción de "la bomba atómica", al lado de la magnitud de las cifras de la zona de la guerra o del principio mortífero, sus miles y miles de millones de cadáveres, inválidos, enfermos y desamparados, sus miles de millones de cosas creadas, que a causa de la guerra se han convertido en una ruina? ¿Es, acaso, algo más que una hora en una larga ola de tiempo, un segundo fugaz de este gran dominio de la época del viejo mundo o de este gran día del "día del juicio final"? En verdad que es oscuro el tiempo que la humanidad ha dejado atrás. Es un gran motivo de alegría que una nueva época mundial exterminadora de la guerra esté haciendo su entrada en la esfera de la Tierra. Y, sin embargo, estos miles de millones de cadáveres y montones de ruinas sólo son virutas de madera en el taller de Dios. Son la masa superflua que ha sido retirada del bloque de mármol para que la obra de arte: "el hombre a imagen y semejanza de Dios" pueda aparecer en la Tierra.


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