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(1053-1590) 
 
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El más alto ejemplo para nuestra propia voluntad y creación y la consiguiente relación con nuestro medio lo encontramos en el propio proceso creador de la naturaleza o de la Providencia  1360. El más alto ejemplo para nuestra propia voluntad y creación y la consiguiente relación con nuestro medio sólo puede, de este modo, buscarse en la propia voluntad y creación de Dios, es decir, en el proceso con vida alrededor de nosotros que llamamos "naturaleza". Y concentrando nuestros sentidos o facultad de observación en esta "naturaleza" vemos, precisamente, dos realidades, a saber: "perfección" e "imperfección". Así vemos los fenómenos más geniales, al mismo tiempo que también vemos los procesos creadores más imperfectos, ingenuos o primitivos. Pero por todas partes vemos que lo primitivo es sustituido por lo más perfecto, lo cual convierte, a su vez, en un hecho que la vida es un proceso creador. Pero, como el primitivismo es sustituido por la genialidad o transformado en ella, todo lo que en la vida y la existencia aparece como primitivo será, de este modo, algo que está inacabado, en tanto que la genialidad será, al contrario, el resultado definitivo o acabado. Pero como todo lo que es primitivo en la vida o existencia o en nuestro medio está inacabado, y todo lo que es genial está acabado, aquí se nos da el más espléndido ejemplo para nuestra propia voluntad y creación.


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