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"El comunismo" no es un sistema político "inventado" o "imaginario". Es un estadio evolutivo en el que la colectividad, la comunidad o el amor al prójimo son santos  1336. Pero, cuando una "sociedad comunista" tiene, de este modo, que volver a condiciones "capitalistas" antiguas, esto revela, claro está, que se ha procedido demasiado impetuosamente. Se ha ido más rápido que la evolución. "El capitalismo" no había sido vivido todavía hasta el final por los individuos en cuestión. Y de lo que no se ha vivido hasta el final ni un individuo ni una sociedad puede escaparse, del mismo modo que tampoco se puede saltar ningún estadio evolutivo por medio de una "dictadura". Todo tiene que seguir una evolución. El camino al "comunismo" es exclusivamente "evolución", porque "el comunismo" no es un "sistema político" inventado o imaginario, es un "estadio evolutivo" en el que "el amor al prójimo", que aquí quiere decir "la comunidad", "la colectividad" o el reconocimiento de solidaridad, es santo, es un mandamiento, es una condición de vida. "El comunismo" no puede ser idéntico a la antipatía contra "el poder del capital" que siente el ser que está oprimido por él y, por ello, es partidario del "comunismo" hasta el momento en que él mismo, por una u otra circunstancia, llega a tener dinero y se convierte en "capitalista" y entonces es partidario de que el "poder del capital" subsista. Una actitud mental así sólo puede ser una "traición" contra "el comunismo" y caracteriza al que la tiene como a un "traidor" contra este estado mental. Es evidente que un partido o una sociedad "comunista", que están formados por demasiados seres de esta clase, no pueden, naturalmente, ser tomados en serio con respecto a su "comunismo". Que "el comunismo", que una sociedad así representa, no puede serlo de ninguna manera en su sentido más puro, sino que en un cierto periodo de la evolución todavía está más o menos a la caza de "capital", es, naturalmente, obvio.


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