Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

"La cuenta bancaria" como la más refinada "arma mortal" secreta y el fundamento de toda la civilización mundial de hoy. No es nada extraño que fuera necesario un "Jesús de Nazaret" para liberar a la humanidad de esta arma, la más peligrosa para todas las culturas  1325. Mientras la porra, el arco y la espada eran el arma directa en periodos precedentes de la historia de la humanidad, "la cuenta bancaria" se convirtió posteriormente, en la civilización moderna o en el dominio del "principio falso de los negocios", en el arma mortal más refinada. Con esta arma, el que la posee puede llevar no sólo a su prójimo sino estados completos, reinos de la Tierra, pueblos y razas a la ruina, la pobreza, el hambre, las lágrimas, el hastío de vivir y el suicidio, al mismo tiempo que con la misma arma puede crear rayos sol, alegría, libertad, autonomía y felicidad para su prójimo, para estados y pueblos. Pero también puede actuar como un veneno socavante y mortal que se introduce lentamente a hurtadillas en la propia existencia del que la posee, transforma su psique, su conciencia o vida en una carrera al hospital, la clínica mental o el manicomio. Comprender esta arma y llevarla con dignidad, es decir "poseerla" y, de este modo, no ser uno mismo su propiedad, su juguete o esclavo exige una psique que sólo se encuentra en "el reino que aún no es totalmente de este mundo". Los profetas y las leyes vigentes del "Antiguo Testamento" han transformado así el instrumento directo del instinto de conservación, "la espada", en lo que hoy se llama "cuenta bancaria" que es "el hechizo" de apariencia distinguida, indirecta e inocente que todos admiran y desean. Mientras la espada era forjada de metal puro entre cantos, vida y placer al compás de martillazos y cascadas de chispas de fuego del hierro candente, "la cuenta bancaria", en el mismo grado en que se basa en "el principio falso de los negocios", en la mayoría de los casos se ha hecho con la ruina, las lágrimas, las penas y trabajos, la destrucción y muerte de otros. De hecho, tan refinada y oculta es la fuerza mortífera de esta arma que, mientras el uso de "la espada" contra el prójimo finalmente lleva al "presidio" y a "la pena de muerte", el uso de "la cuenta bancaria" como arma mortífera lleva en gran medida a la gloria y a las decoraciones con órdenes, a los títulos o al máximo respeto o admiración, por no decir veneración, por parte de la sociedad. En verdad que el principio mortífero se ha disfrazado, por medio de esta nueva arma, de una manera tan intelectual que hoy es el fundamento de "la civilización" de todo el mundo. El destino de todos los estados, de las naciones y de los individuos concretos del mundo civilizado descansa hoy en la estabilidad de "las cuentas bancarias" de los estados y los seres. Según estas cuentas estén bien repletas, darán acceso a todas las puertas o las abrirán para sus poseedores y desconsideradamente echarán a un lado a todos los otros semejantes que no tengan ninguna "cuenta bancaria" estable, los empujarán a la miseria, al hambre, a la degradación, al sufrimiento y a la muerte, pero sin ningún castigo para quienes lo hagan, ya que el uso de "la cuenta bancaria" está autorizado y protegido por la ley. "La cuenta bancaria" es, claro está, una "propiedad privada" legal, tanto para los estados como para los individuos. No es extraño que la cultura de "la cuenta bancaria", que constituye nuestra civilización actual, cruja y se agriete, cree terremotos y explosiones mentales. Lo que se muestra es, precisamente, el efecto venenoso, secreto, que lentamente mata, del uso de "las cuentas bancarias" como arma mortífera oculta o disfrazada. Es el indispensable "sembrar y recoger" de la ley del karma. Son las últimas consecuencias de la ley de Moisés: "ojo por ojo y diente por diente". Es la culminación de los efectos de "mejor tomar que dar". Es el florecimiento de amarse a sí mismo más que al prójimo. No es nada extraño que fuera necesario un "Jesús de Nazaret" para crear nuevos caminos por los que la humanidad pudiera ser alejada de esta arma mortífera que camuflaba la pesadilla del egoísmo, de este último intento de la muerte o principio de la oscuridad de conservar a la humanidad terrena en su telaraña mortífera.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.