Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

"El principio falso de los negocios" crea diferencias falsas de clase social o "la clase alta" y "la clase baja"  1322. Y hoy también encontramos a la humanidad terrena fuertemente dividida en dos grandes "clases diferenciadas": "la clase alta" y "la clase baja". Cada una de estas clases se puede, a su vez, subdividir en clases menores. Esta clasificación se basa exclusivamente en lo talentoso que se es para hacer juegos malabares con "el principio falso" o artificial "de los negocios" y, así mismo, en lo favorecido que se es por este principio. Si uno es hábil para desencadenar este principio, hábil para disfrazar, hacer publicidad y sugestionar a sus presas y, por medio de costosos anuncios, asegurarse la bendición de grandes y poderosas publicaciones, el torrente de oro comienza enseguida a afluir a su cuenta bancaria y uno asciende a "la clase alta". Y aquí comienzan todas las otras puertas a abrirse, de hecho, incluso en las salas de reyes y príncipes es uno galardonado y condecorado con títulos y órdenes por sus "grandes servicios", su eventual "actividad filantrópica", sus regalos a la ciencia y al arte o por otras de las "pérdidas" que tienen lugar donde se "comercia". Que "el gran hombre" quizá haya comenzado a hacer su fortuna como "dueño de burdel" o como una especie de "magnate del mercado negro" o cosas parecidas es algo que sólo se susurra en voz baja por los rincones. Es evidente que el "gran hombre" cargado de decoraciones tiene, claro está, la bendición de toda "la sociedad". Ser hijo o hija o, de otro modo, familia de un "gran" hombre así también es, naturalmente, un beneficio inmenso y facilita el acceso a una nueva "forma de vivir a costa" de la sociedad. En virtud de su torrente de oro puede, claro está, armar a sus familiares con todas las "armas comerciales" necesarias, con fianzas o compra de empresas, etc. para ellos y ordenar todos los detalles necesarios para que un nuevo torrente o río de oro comience a fluir a estas cajas. De este modo puede, naturalmente, poner a otros "en camino" y así formar "la clase alta". Pero con su superioridad económica también puede, naturalmente, garantizarles a sus familiares las bendiciones de "la clase alta", aun cuando éstas vayan a parar a seres menos talentosos y, desde el punto de vista de "los negocios", incompetentes, que sirven más para la ociosidad, los agradables "pasatiempos" y las conversaciones sobre coches, ropa, la última moda, carreras y cacerías, etc. de "la clase alta". Que los individuos de "la clase baja" no pueden participar en esta danza alrededor del becerro de oro es, naturalmente, obvio.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.