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Mientras "El Antiguo Testamento" defiende totalmente el "derecho de propiedad", "El Nuevo Testamento" lo elimina completamente  1310. El mensaje o evangelio conjunto del "Antiguo Testamento" es, así pues, la revelación de una parte determinada del ciclo o evolución de los seres. Por consiguiente, nunca ha estado destinado a prevalecer eternamente. Por lo tanto, este mensaje o evangelio sólo expresa, en realidad, un estadio especial del camino de la humanidad terrena hacia la Divinidad, hacia la perfección, hacia la absolutamente verdadera felicidad total o alegría de existir. Que precisamente esto es cierto se convierte en un hecho por la circunstancia de que "El Antiguo Testamento" posteriormente tuvo que ser reemplazado por "El Nuevo Testamento". ¿Y qué encontramos en este "testamento"? ¿No encontramos precisamente aquí el mensaje o evangelio diametralmente opuesto? Mientras la esencia del "Antiguo Testamento" era "ojo por ojo y diente por diente", es decir, una defensa al cien por cien del "derecho de propiedad" basado en la superstición o ilusión de que se era "el pueblo elegido de Dios", que estaba por encima de todos los "paganos", el principio que rige "El Nuevo Testamento" es, precisamente, una completa eliminación del "derecho de propiedad". "No hagáis resistencia al agravio, antes si alguno te hiere en la mejilla derecha preséntale también la otra", "Vuelve tu espada a su vaina, porque todos los que se sirvieren de la espada a espada morirán", "Mucha mayor dicha es dar que recibir", "Amarás al prójimo como a ti mismo" son todas ellas palabras y frases exhortadoras que, de un modo muy contundente, eliminan el sentimiento de "derecho de propiedad" y las humillaciones existentes a que da lugar en forma del "mal". En el mensaje o evangelio del "Nuevo Testamento" no hay nada que inspire a cumplir la ley "ojo por ojo y diente por diente", al contrario, muestra que una actitud así de la conciencia es, precisamente, la raíz de todo "el mal". Tampoco hay nada que estimule la creencia de ser "el pueblo elegido de Dios" por encima de todos los otros pueblos, o de que éstos tuvieran que ser "paganos" que se podía muy bien oprimir, explotar o utilizar. ¿No dice, precisamente, al contrario: "Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos"? ¿Y no dice también que "un rico entra difícilmente en el cielo" y que "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos"? ¿Y no sucede precisamente que todas estas enseñanzas divinas no son simplemente frases del lenguaje, sino que son una verdadera realidad, dado que constituyen una actitud especial de conciencia y un modo de ser práctico existente una vez en materia física, es decir, un modo de ser que es un hecho histórico para todo investigador maduro, avanzado o una realidad viva para el ser iniciado en "la conciencia cósmica"?


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