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Una nueva época mundial o un punto decisivo en las religiones y filosofías mundiales y, por consiguiente, en la historia de la humanidad terrena  1292. Y aquí hemos llegado al gran punto cósmico de observación que crea la base de una época mundial totalmente nueva en la historia de la humanidad terrena. Mientras tanto las religiones como las filosofías mundiales hasta ahora se han basado en gran medida en "la creencia" en la existencia del "mal" y, con ello, en la existencia de un "diablo" o "diablos", la incipiente nueva cultura mundial ve cada vez más el universo y las situaciones que tienen lugar en él como fenómenos divinos indispensables sin los cuales la estructura misma del universo y, con ello, la creación y experimentación de la vida perfecta sería algo absolutamente imposible. Tanto las religiones como las filosofías mundiales, o todo el conjunto de ideas de la humanidad terrena, pactarán aquí con la visión del "iniciado" o redentor del mundo. Esta visión, en forma de ciencia del espíritu o análisis cósmicos, hará desaparecer "los diablos" de la superstición e ignorancia con su presunto "mal" y la consiguiente terminología sobre "el odio" y "las disposiciones de castigo", los nombres y expresiones como "delincuentes", "pecadores", "bandidos", "malvados", etc. desaparecerán de la esfera de conceptos humana, terrena como la niebla húmeda de la noche ante el sol matutino. Una nueva era está, así pues, levantándose sobre los continentes y mares de la Tierra. Un "nuevo cielo" y una "nueva Tierra" brotan de los montones de escombros del viejo mundo. Donde antes las vibraciones, energías u oscilaciones del principio mortífero, que se mostraban en el principio creador divino o en el perfeccionamiento de la Tierra, se expresaban y percibían como "la ira" e "indignación de Dios", "el castigo" y "venganza de Dios" para con "los pecadores", y donde uno finalmente justifica su mayor o menor inclinación particular hacia estas fuerzas como "ira santa" o "indignación justa" y, de modo correspondiente, esparce a cuenta de esto muerte y terror entre todo aquello y todos aquellos que no están a su favor y que, por consiguiente, no le gustan, ahora una ola de comprensión disolverá todos los objetos de indignación. El lenguaje humano terreno será después de esto una terminología radiante de amor en su forma más pura. La lengua humana terrena pasará a expresar solamente la propia visión de la Divinidad con respecto al universo. Donde antes, en la oscura noche de la guerra, se oía el desencadenamiento ignorante y supersticioso de las reacciones del principio mortífero, donde esonaban las explosiones del campo de batalla, el estertor de muerte, los gritos y tormentos de los mutilados y heridos, y donde millones de tumbas de la guerra hoy son bañadas con las lágrimas, con las que los familiares de los muertos lloran la falta de sus seres queridos, resonarán voces divinas, brillará la bendición de la paz, la inmortalidad se convertirá en ciencia, el cumplimiento de la ley de amor al prójimo en una evidencia. En verdad que "todo es muy bueno"


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