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"El reino de la muerte"  1288. Que el dominio de la vida de tales seres no puede llegar a un despliegue perfecto o genialidad total en un reino de luz y amor, en el que se ama al prójimo como a sí mismo o quizá, incluso, tanto que uno no tiene miedo de dar su propia vida si así puede salvar su vida o liberarlo de sufrimientos, es, naturalmente, obvio. "La expulsión del paraíso" tenía, así pues, que tener lugar. La creación o desarrollo del "genio mortífero" sólo podía ser total en una zona en que, precisamente, "matar para vivir" era una condición vital, o donde "la desgracia del uno es la felicidad del otro". Y las regiones del "genio mortífero" se convirtieron en "el reino de la muerte". Ningún organismo hermoso, ningún órgano perfecto, ningún ojo centellante, ninguna voz maravillosa, ninguna mano acariciadora puede saberse en seguridad o fuera de peligro en esta zona. Todo lo tocante a un organismo puede aquí ser "alimento" para otros seres más fuertes. Las fiestas para celebrar la propia alegría de vivir, ¿no se celebran con guisos de miembros y órganos fritos y asados de organismos de otros seres animales, jóvenes, que son nobles instrumentos para la experimentación de la vida en la zona física, y que han sido preparados por geniales jefes de cocina? Una gran parte de las vísceras y de la musculatura de estos animales, nuestros semejantes, ¿no son material indispensable en los banquetes festivos y de placer del hombre terreno? Tanto las lenguas, los hígados y los corazones, etc. como grandes trozos del revestimiento de carne del esqueleto, acompañados de salchichas de sangre coagulada llenando los propios intestinos de los animales y de la grasa de estos mismos seres en vejigas, ¿no son, acaso los manjares exquisitos más codiciados de la vida doméstica cotidiana del hombre terreno? De hecho, ¿no son estos productos recomendados directamente por médicos y otras "autoridades sanitarias" como absolutamente necesarios o vitales para la alimentación? En verdad, la enseñanza de Dios con respecto al "principio mortífero" es ilimitada. Ningún terreno de la oscuridad deja en absoluto de estar afectado. Se puede, acaso, penetrar más profundamente en los experimentos de la oscuridad, en la infracción de las leyes de la vida, se puede llegar a estar más alejado de "la imagen de Dios" que, precisamente, cuando no sólo se asesina y mata al prójimo para robarle sus bienes e intereses, sino también se expresan las ganas de vivir y la alegría con orgías consistentes en el disfrute de los cadáveres de seres animales, de seres semejantes, en un grado que, directamente, da la sensación de ser una condición para la vida. Es más, incluso en estadios evolutivos muy avanzados se celebran las grandes fiestas en honor de la abolición del "principio mortífero", tales como Navidad, Pascua y Pentecostés con orgías de cadáveres. No vemos, acaso, cómo miles de cadáveres de seres animales, seres semejantes, tales como cadáveres de cerdos, corderos, gansos, patos, etc., así como la denominada "caza" o los seres que en sumo grado han caído directamente como víctimas del "agradable pasatiempo" del mismísimo asesino sádico, se amontonan en las carnicerías de los grandes mercados para satisfacer la demanda. La denominada "caza, ¿no es en particular un "deporte" popular entre seres con un nivel económico en que, a causa de ingeniosos sistemas sociales y leyes autorizadas o del denominado "principio de los negocios" están en condiciones de vivir exclusivamente bien explotando la mano de obra y la habilidad de otros seres y, por consiguiente, en los casos en que este modo de vivir se impone de la peor manera, no tienen otra cosa que hacer que matar el tiempo encontrando "pasatiempos agradables, conformes a su posición social"? De hecho, en su manifestación más dominante, este sistema social autorizado, ¿no es directamente tan genial que el fluido de dinero a veces entra incesantemente en la caja de tales ciudadanos o propietarios de empresas, bastante independientemente de qué "pasatiempo agradable", totalmente ajeno a su negocio, los ocupe? Naveguen por los mares en su yate de lujo con familiares semejantes a ellos y amigos y conocidos de la misma "posición social" o estén en la selva tropical de caza mayor, duerman o estén despiertos, en los casos más afortunados el fluido de dinero entra, totalmente insensible a esto, en su cuenta bancaria, que está tan llena y es tan abundante que pueden mantener una plantilla de funcionarios para ocuparse de todo lo necesario concerniente al control y administración del negocio. Los propietarios, que posiblemente han heredado su negocio o sus empresas de sus padres y, así pues, ni siquiera las han empezado o desarrollado ellos mismos, no tienen que mover ni un dedo para el mantenimiento de su fluido de oro, es más, una ocupación así estaría, incluso, totalmente por debajo de la dignidad de su posición social. E incluso puede suceder que, no obstante, estén a punto de sucumbir bajo la fatiga, que estén al borde de una depresión nerviosa, pero esto no se debe en absoluto a la lucha por el pan cotidiano, sino al contrario a los esfuerzos para cumplir "los deberes sociales" o exigencias de su posición económica de participar en los modernos "pasatiempos agradables".
      Que tales holgazanes ricos tienen que matar el tiempo con diversiones refinadas y costosas o con algunos "pasatiempos agradables" para ellos es, naturalmente, obvio. Que estas diversiones se han convertido al mismo tiempo en medios con los que de manera especial pueden indicar frente a quienes los rodean su "alta posición social" es, naturalmente, igual de obvio. Y así vemos también cómo las grandes fortunas, el fluido de oro adquirido con el sudor de los trabajadores subordinados, arrojan sus afluentes en los costosos terrenos de canódromos e hipódromos en forma de fenómenos que a veces limitan con la ludopatía o adición al juego y maltrato de animales. Aquí tales seres tienen abundantes ocasiones de mostrar que tienen medios económicos para viajar en los coches más lujosos, poseer los mejores o más costosos caballos con sus correspondientes establos y personal. De hecho, al igual que con las grandes y costosas "cacerías" y otros refinados "pasatiempos", el creso moderno o millonario actual tiene aquí la ocasión de mostrar o exponer su becerro de oro en el que monta y al que cuidadosamente adora y sirve o del que no puede prescindir. Aquí hay la posibilidad de ser honrado y admirado en la prensa o en los comentarios cotidianos, sin que uno de ninguna manera por sí mismo tenga que sacrificarse o renunciar. Aquí hay verdaderamente una ocasión de conseguir honra, honor y gloria sin servir a su prójimo ni a la sociedad, sino sólo exclusivamente en virtud de la agradable satisfacción de sus propios deseos y de su forma de vivir, aunque ignorándolo, en mayor o menor grado a costa de la sociedad. Figúrense qué imagen del hijo eterno de Dios que se desenrolla aquí ante nosotros. A caballo de un becerro de oro robado, que cree que es el elemento supremo y más imprescindible de la vida, recogiendo admiración, honor y gloria a causa de la posesión de una vida lujosa, cuya adquisición no le ha costado una sola gota de sudor o esfuerzo físico, dado que sistemas autorizados obligan a sus semejantes a soportar todos los esfuerzos y dificultades para su mantenimiento, de modo que su "pasatiempo" u ocupación sólo sea el disfrute egoísta a que se da lugar ingeniando refinamientos por medio de los cuales pública y privadamente puede mostrar este "alto estándar" de vivencias según su propia idea. Imagínense en qué "fantasma" se ha convertido aquí la idea del hijo eterno de Dios sobre la verdadera vida.


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