Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Lo que demuestra la existencia del yo y la verdad de las viejas palabras: "En él vivimos, nos movemos y somos"  1285. Pero como las energías básicas y las sustancias o materias a que estas energías dan lugar, lo mismo que dicha "energía materna" o "facultad creadora" no cubren totalmente la experimentación del ser vivo, y en ésta, por consiguiente, sigue apareciendo un factor que de ninguna manera puede expresarse o satisfacerse con el conocimiento de estos dos factores, el ser vivo seguirá, de este modo, constituyendo un enigma no solucionado, será un misterio mientras sólo se admita la materia y la facultad creadora. Lo que sucede es que, además de estos dos factores, hay presente "el algo" que, tras las sustancias, las energías o movimientos y facultad creadora, "experimenta" y "conoce" las sustancias, los movimientos y la facultad creadora. Este "algo" no puede en sí mismo ser idéntico a la materia, las energías o la facultad creadora. Tanto una energía o movimiento como la facultad creadora no pueden, claro está, "experimentarse" o "conocerse" a sí mismos. Estos fenómenos siempre serán en sí mismos propiedades no autónomas y, por consiguiente fenómenos "muertos" separados del "algo" que los dirige, domina y experimenta. Aquí llegamos, por lo tanto de nuevo, al "algo divino" o al yo del ser vivo. Y como vemos que las sustancias, las energías o las denominadas "fuerzas de la naturaleza", que forman nuestro entorno, trabajan sistemática o racionalmente a favor de la totalidad, del mismo modo que cada órgano concreto o cada fenómeno de nuestro propio organismo de carne, presenciamos así que el mundo o universo que nos rodea constituye, así mismo, en principio un gran "organismo" en el que cada ser concreto, cada combinación concreta de energía, cada sustancia concreta, etc. es un fenómeno especial, necesario para la existencia de la totalidad. Pero, como este organismo revela o pone, así, de manifiesto el mismo sistema o manera racional de trabajar que nuestro propio organismo, y como esta manera racional de trabajar sólo puede existir exclusivamente como un resultado de pensamiento, y pensamiento, a su vez, sólo puede existir como una cualidad de un yo, aquí presenciamos, por lo tanto, que el organismo que el universo o cosmos constituye tiene, así mismo, que tener un "yo". Y así estamos de nuevo junto al fundamento, por medio del que se puede documentar que el universo o cosmos es "un ser vivo", y que las palabras de la antigüedad sobre la Divinidad y los seres vivos son verdad cuando dicen "En él vivimos, nos movemos y somos".


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.