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Sin materia "en forma de rayos" ninguna vida espiritual, ningún mundo físico ni espiritual  1277. Sin la variación o aparición de la materia o sustancia "en forma de rayos" no podría existir vida del pensamiento o psíquica y, por consiguiente, ninguna forma en absoluto de estado de conciencia espiritual o por encima del estado físico. Ninguno de los mundos "espirituales" existiría. Pero si no existiera ninguno de los mundos "espirituales", tampoco podría nunca existir ninguna forma de mundos físicos. Tanto los mundos físicos, como los detalles locales que hay en ellos, son, sin ninguna excepción, resultados o productos de vida "espiritual" o conciencia creadora física, invisible tras dichos detalles. La formación de los planetas y mundos físicos, ¿no es, acaso, una expresión única y magnífica de la existencia tras ellos de una mentalidad o conciencia invisible que planea y crea racionalmente? Esta creación, ¿no comienza, acaso, como nieblas luminosas, que en el oscuro universo se condensan cada vez más en los fenómenos físicos que conocemos como estrellas, soles o galaxias? Que esta sustancia luminosa se "condense" cada vez más en planetas y mundos, ¿no expresa, acaso, lógica o un plan racional? ¿No es esto la fuente misma de vida de toda existencia física? Y que el fuego de estos mundos tenga que "consumirse", que dichos mundos tengan que enfriarse para convertirse en "sustancia", material y residencia, no sólo para formaciones minerales, sino también para vida o existencia física vegetal y animal de carne y sangre, ¿no es, así mismo, un elemento de un plan racional? Pero la existencia de esta carne y sangre o vida de estos mundos fríos, ¿no sigue dependiendo de la luz y calor del sol?


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