Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Sin un yo y su supraconciencia toda forma de "sustancia" especial sería imposible  1270. Pero la formación de la gran cantidad de clases de sustancias distintas sería imposible si tras cada una de estas combinaciones o compuestos no existiera un yo (X1) que con su supraconciencia (X2) y los núcleos de talentos que hay aquí pudiera combinar "las sustancias" y así producir la variedad de clases de energía (X3) que, a su vez, se exigen para toda creación, y con lo cual la experimentación de la vida puede ser infinita o ilimitada. "Las sustancias" o formas de energía con que entramos en contacto en cada estadio o zona de existencia no se encuentran, claro está, en su forma más pura. Esto quiere, a su vez, decir que ya constituyen un producto de una creación. Cada una de ellas es una combinación o mezcla de diversas "sustancias" o clases de energía precedentes, que, por medio de su conexión con las otras sustancias de la combinación, armoniza con su reacción con estas reacciones. El conjunto de reacciones de la combinación de las sustancias se convierte, de este modo, en un despliegue común de fuerza. Este despliegue de fuerza constituye, así, una interacción entre las facultades de reaccionar de "las sustancias" concretas que contiene la combinación. El resultado de esta interacción da lugar exteriormente a una especial y determinada facultad de reaccionar, que, naturalmente, difiere de las facultades de reaccionar de todas las otras "combinaciones de sustancias" según contengan otras formas de "sustancias" o energías que ellas o sean una interacción entre ellas. Así, cada "combinación de energía" se convierte en una unidad especial. Y esta unidad constituye, de este modo, una "nueva sustancia".


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.