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Cómo el yo de los seres puede crear por medio de la facultad de reaccionar de las sustancias y así mantener su organismo, manifestar carácter, deseos y actos y ser él mismo en su medio una especie de "sustancia"  1266. En virtud de que las facultades de reaccionar de todas las clases de energía o sustancias existentes son principios eternos e inalterables, el yo del ser vivo, por medio de estos principios, es decir, "la ley de causa y efecto", está en condiciones de crear o manifestar. Puede "endulzar" con "el azúcar", "salar" con "la sal", "acidificar" con "el ácido" o "fermentar" con la levadura. Puede "quemar" con "el fuego", "apagar" el fuego con "agua". Puede combinar conjuntamente menor o mayor número de sustancias o clases de energía y, con ello, crear "nuevas sustancias" con las que puede nuevamente crear "nuevos efectos" que, a su vez, pueden combinarse y usarse como "medios", "instrumentos" o "causas" de "nuevos efectos" y así sucesivamente. Y es de esta manera que el yo está en condiciones de mantener la combinación de sustancias o clases de energía que constituyen su organismo. Este organismo, ¿es, acaso, otra cosa que una combinación de clases de sustancia o de energía, con que puede crear nuevas "clases de energía" o "efectos"? La especial combinación por el yo de estos nuevos efectos es lo que conocemos como su estructura mental, su carácter, sus deseos y actos o, dicho brevemente, todo el conjunto de su facultad de reaccionar frente a los seres y cosas que lo rodean. Y en virtud del conjunto de sus facultades de reaccionar se convierte él mismo en una especie de "sustancia" frente a lo que lo rodea.


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