Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

La sociedad tiene que comprender que los denominados "delincuentes" no son en realidad "delincuentes", sino "hermanos menores" en la evolución. Por qué es fácil y natural para los "ciudadanos respetables" estar en contacto con sus leyes jurídicas, mientras es difícil para los "delincuentes"  1246. ¿Qué tiene entonces que hacer la sociedad ante los seres "inmorales" o "delincuentes"? La sociedad tiene, ante todo, que comprender que "los delincuentes" no son "delincuentes" o seres "inmorales", sino que expresan totalmente y de una manera normal los estadios de la escala evolutiva que representan o a que pertenecen, exactamente como lo hace el ciudadano conocedor y cumplidor de las leyes y respetado dentro del estado en relación con el estadio al que él o ella representa en la escala evolutiva. La única diferencia es que este último representa en la escala evolutiva el estadio o lugar del estado. El estadio del estado es el suelo nativo mental de este ciudadano. Por lo tanto, para él o para ella es algo totalmente natural ser uno o una con los puntos de vista morales principales del estado, tanto más cuanto son precisamente seres de su mismo estadio los que han creado las leyes del estado. Algo totalmente distinto sucede con todos los seres que todavía no se encuentran de ninguna manera en este estadio, pero sin embargo han nacido en la zona física de este estado y, por consiguiente, tienen que someterse a sus leyes jurídicas u orden social. Según el estadio del estado se encuentre por encima del estadio evolutivo de estos seres, tendrán cada vez más dificultades para tener el mismo concepto de moral y justicia que representan las leyes del estado, dado que orgánicamente y, por lo tanto, mentalmente están atados al concepto de moral y justicia que, precisamente, es el vigente en su propio estadio. Como, así pues, pertenecen a un nivel de conciencia totalmente distinto, en el que la facultad de experimentar les dicta, de modo correspondiente, una visión de la vida y de la conducta distinta a la visión que dicta la facultad de experimentar que tienen los seres que están en contacto con el estadio de la sociedad, esto significa, por lo tanto, que estas "almas más jóvenes" en la evolución tienen que usar la violencia contra su propio "concepto de justicia", su propia "concepción" innata de la "moral" si tienen que estar en contacto con las leyes de la sociedad y evitar su "venganza" o "castigo" y que se califique a su persona de "delincuente".
      Que la vida es muy difícil para unas "almas" así, "más jóvenes", es naturalmente evidente. Los seres que se encuentran en el estadio evolutivo propio de la sociedad, y para quienes las leyes de la sociedad expresan precisamente lo que ellos conciben como "justicia", pueden "observar las leyes" sin dificultades y así ser "honorables" y "respetables" y "buenos ciudadanos". Sólo tienen, claro está, que vivir su propia vida, seguir sus propias tendencias innatas que, precisamente, responden ni mas ni menos al cumplimiento de la moral autorizada. Tienen, precisamente, una antipatía innata hacia los mismos fenómenos que el estado prohíbe. Si sus "hermanos más jóvenes" en la evolución y en la sociedad viven, al contrario, su propia vida y cumplen lo que para ellos es "moral" y "justicia", son, como ya hemos dicho, "castigados" por este modo de vivir. Por lo tanto, tienen que luchar con todas sus fuerzas para estar en contacto con algo que otros llaman "moral, "justicia" y "honradez", pero que va totalmente en contra de sus propias ideas. Como sólo pueden aceptar de todo corazón un conocimiento que esté en contacto con su propio "concepto de moral" o de "justicia", las palabras de Cristo en la cruz de que "no saben lo que hacen" se convierten aquí en verdad científica.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.