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La identidad de los seres como "pecadores" es "superstición"  1236. Como nada puede estar "acabado" durante su creación, sino que tiene absolutamente que estar "inacabado" hasta que la creación haya concluido, la identidad del "ser masculino" y del "ser femenino" o del "hombre" y "la mujer" como "pecadores" sólo es, así pues, en un sentido absoluto "superstición". Nadie puede, en un sentido absoluto, ser "pecador merecedor de castigo". Nadie puede hacer nada con respecto al lugar en que se encuentra en el momento presente de su creación de "animal" al "hombre perfecto a imagen de Dios". No puede, claro está, revelar o expresar el estadio evolutivo que aún no ha alcanzado o aún no conoce. Cada ser tiene necesariamente que expresar siempre los detalles y rasgos distintivos de su estadio especial. Que una persona no tenga la misma inteligencia o la misma altura espiritual que otro no puede, no obstante, ser ningún "delito". "Castigar" a este ser por su estado menos inteligente sólo revela una pobreza espiritual muy agravante en el que "castiga". El menos inteligente no se vuelve más inteligente porque se le "castigue". Si fuera tan fácil transformar un malvado en santo, todo el mundo, incluso los animales se habrían convertido desde hace mucho tiempo en "ángeles". No, un milagro así no sucede. La transformación del ser vivo de "animal" en "hombre" no se estimula con "castigo", sino, al contrario, sólo y exclusivamente por medio de la experiencia personal del ser de "causa y efecto", experiencia que, a su vez, es lo mismo que "evolución".


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