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| Cómo podría surgir "la oscuridad" o contraste a "la luz" si "el fuego supremo" no se hubiese dividido en dos llamas | 1234. Pero, la verdad absoluta, la verdadera identidad de la vida y del hijo de Dios, ¿cómo podría revelarse o ser accesible para los sentidos sin este contraste u oposición a dicha identidad? ¿Cómo podría surgir o existir la sabiduría sin, precisamente, esta oposición? Toda sabiduría, ¿no es, precisamente, un análisis de la oscuridad y sus efectos? ¿Y no son, precisamente, estos efectos los que constituyen el fondo oscuro sobre el que pueden destacarse los detalles de la luz, la diferencia entre "bien" y "mal"? Pero, ¿cómo podría surgir esta oscuridad, este contraste a la luz si "el fuego supremo" no se hubiese dividido en "dos llamas"? ¿Cómo podría si no la Providencia o Divinidad eterna de otra manera hacer que el hijo de Dios o el originario ser de luz, es decir, el ser sobrenatural o celestial, que en su conciencia diurna despierta ya no tenía ningún recuerdo de la existencia de la oscuridad y de sus detalles y, por consiguiente, era un ser que se encontraba en un "profundo sueño", comprendiera la oscuridad o contraste a la luz? ¿Cómo habría podido de otro modo la Providencia haberle "insuflado" a este ser "durmiente" o casi no consciente "el soplo de vida", que podía hacerlo consciente diurnamente de las tradiciones de la oscuridad y, con ello, darle el contraste por medio del cual poco a poco podía tener conciencia diurna despierta de la luz y sus detalles? En un mundo, en que se amaba al prójimo como a sí mismo, sería imposible que hubiera nada de lo que tener "celos" y, por lo tanto, nada que pudiera dar lugar al odio, la ira, la persecución o la envidia de quienes tienen grandes ingresos ni al mantenimiento de la propia vida por medio de la muerte de otros seres. La persecución y la destrucción serían totalmente imposibles. |
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